Kéba Mbaye, peso pesado del olimpismo

El pasado jueves, a los 82 años, murió en Dakar el juez Kéba Mbaye, seguramente el mejor colaborador de Juan Antonio Samaranch en sus 21 años de mandato al frente del Comité Olímpico Internacional (COI) y auténtico peso pesado en la plasmación del espíritu del olimpismo..

Samaranch, cuatro años mayor, no sólo le tenía como un gran apoyo y gran amigo, sino que le ha llegado a calificar de un "hermano" al que consultaba continuamente. Mbaye era un caballero en un mundo proceloso. Jacques Rogge, el presidente del COI, que precisamente terminó el viernes su primer viaje por África, le definió: "Fue de esos hombres cuya humanidad y carisma te marcan para toda la vida. Gracias a su elocuencia fuera de lo común sabía comunicar su amor al olimpismo y su fe inquebrantable en el hombre y en su capacidad para construir un mundo mejor. Su entrega al movimiento olímpico y a sus valores jamás fallaron".

Nacido en 1924 en Kaolack, , Mbaye estudió Derecho en Dakar y París, y se hizo magistrado en la Escuela Nacional de Francia de Ultramar. Su capacidad le llevó a la vicepresidencia de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, y a presidente o miembro de prestigiosas instituciones: su aportación jurídica al movimiento olímpico fue fundamental. Miembro del COI desde 1973, curiosamente siete años después que Samaranch y siete antes de que éste accediera a la presidencia, no tardó demasiado en ser nombrado por él en 1983 presidente del Tribunal Arbitral del Deporte, que aún dirigía actualmente, e incorporado en 1984 a la comisión ejecutiva, órgano de 15 personas (el presidente, cuatro vicepresidentes y 10 miembros), que es realmente el cerebro del olimpismo. Entró y no salió ya jamás, tras nueve años como miembro y nueve como vicepresidente (porque no podía ser reglamentariamente los 18) hasta que en 2002, un año después de la marcha de Samaranch, se convirtió en miembro honorario. Por el camino, presidió también casi todas las comisiones importantes y fue un pilar, con la de Apartheid y Olimpismo, en colaborar en el fin del régimen racista de Suráfrica y la reincorporación internacional del país.

Samaranch dijo, al referirse a qué le faltó hacer en su mandato: "Quise que las ciudades olímpicas fueran designadas por la comisión ejecutiva, como hace la FIFA y la Federación Internacional de Atletismo con sus Mundiales, en lugar de toda la asamblea. Pero Mbaye me dijo: 'Si pides esto el vaso va a rebosar'. Y no lo pidió.