Economía ve en el cierre de La Toja una "renovación"

El cierre de la fábrica de cosméticos La Toja por parte de la multinacional alemana Henkel no es para la Consellería de Economía una fuga de inversiones sino una "renovación lógica del tejido empresarial". El responsable de este departamento afirmó ayer que la decisión de Henkel, que dejará en la calle a 150 trabajadores de la planta ubicada en Culleredo (A Coruña), se produce en un momento "espléndido" para la economía gallega y confirmó la existencia de otro proyecto industrial para ocupar las instalaciones de la factoría, del que no ofreció detalles.

Los representantes de todos los grupos políticos de la Corporación local de Culleredo se reunieron para consensuar una moción sobre el cierre de la fábrica de La Toja. En el texto, que se llevará al pleno extraordinario del próximo martes, PSOE, PP y BNG afirman que la decisión de Henkel es "desde el punto de vista estrictamente económico, posiblemente correcta, pero en ningún caso desde un punto de vista moral o ético". Los tres partidos se comprometen a no recalificar el solar que ocupa la fábrica y piden a la multinacional que facilite las gestiones para que sus instalaciones sean ocupadas por otra industria que recoloque a parte de la plantilla.

"Tenemos la conciencia tranquila de que desde nuestras responsabilidades hicimos todo lo posible a lo largo de todos estos años para que la empresa continuara con su ritmo de producción y de trabajo", señalan los grupos municipales. La Corporación exige a Henkel el "máximo esfuerzo" en la "propuesta social para los trabajadores" y en "su compromiso de ofrecer un plan de recolocación" en Galicia "hasta el límite de sus posibilidades".