Sainz mete en cintura a sus rivales

Apareció Carlos Sainz como una exhalación subido a su Touareg por las colinas del Algarve, portugués, y alborotó la caravana del Rally Dakar. Su exquisita técnica, heredada de su periodo en el Mundial, le fue que ni pintada al español, de 44 años, que cuadró a todos sus rivales cuando la carrera ya está lista para cruzar a África, donde comienza la de verdad. Tras su victoria, Sainz se coloca segundo en la general, a 45 segundos del portugués Carlos Sousa. Luc Alphand, ganador de la pasada edición, entró segundo y Nani Roma fue tercero con idéntico tiempo y es cuarto en la general.

Lo que más dolores de cabeza causó a los corredores fueron los barrancos en los márgenes del trazado. De los peligros que escondían las pistas lusas puede dar buena fe el finlandés Vatanen, que ahogó el motor diesel de su Touareg al tratar de superar un vado y perdió una hora y media.

"El camino era muy estrecho y virado, con muchos cambios de dirección e incluso variaciones repentinas en el piso. Pasaba de barro a seco y al revés", dijo Sainz; "salir el primero en la próxima etapa no es bueno. La lectura más positiva que puedo extraer ahora es que hemos terminado en Portugal sin problemas". Roma recogió el testigo: "Mañana comienza el desierto. Cruzamos a África y eso ya será otra cosa".

Cada vez más experimentado en raids, a este hercúleo español de 34 años le ha venido al pelo el participar en tres carreras del campeonato nacional de rallies de tierra. Abrirse pista por Orense, Écija y Cáceres, donde terminó segundo, le permitió hacer manos. "Si te ibas abajo en uno de los márgenes, perdías la carrera. La etapa ha sido bonita, estrecha y técnica; típica portuguesa", comentó Roma, que coincidió en todo con Sainz. "No había mucha adherencia, pero lo más complicado eran los despeñaderos. Al final, todo ha salido perfecto y sólo espero que alguien se coloque delante para salir un poco más atrás", rogó sin éxito quien hoy arrancará tercero ya desde Nador.

En motos, el portugués Helder Rodrigues se adjudicó la etapa, por delante de su compatriota Ruben Faria y de Isidre Esteve, que cruzó los sensores a menos de dos minutos del vencedor. Ese mismo orden se repite en la general. Marc Coma, ganador el año pasado, acabó quinto mientras que Cyril Despres, ganador hace dos, se dio un costalazo, aunque reemprendió la marcha. No pudo hacerlo así Ali Machlab, español de origen libanés, que, tras malograrse una rodilla el sábado, decidió no participar en la especial e ir a hacerse una radiografía. Al salir del hospital de Portimão e ir en busca de su moto, comprobó que alguien la había robado. Finalmente, la policía encontró el vehículo abandonado.