_
_
_
_
Reportaje:

Saviola, un problema y una solución

El jugador, uno de los mejor pagados del Barça aunque no le quieren ni el club ni los técnicos, se convierte en una baza necesaria por las bajas

Àngels Piñol

Javier Saviola ya tiene las manos libres. El delantero azulgrana, el primer gran fichaje de la era de Joan Gaspart, en 2000, contratado con una de las fichas más altas de la plantilla como antídoto a la llegada de Zidane al Madrid, acaba contrato con el club azulgrana en junio y desde el 1 de enero ya puede negociar su futuro. Una fecha que tiene señalada en rojo desde hace casi dos años. Tan estimado por la afición como rechazado por la junta, los técnicos han aceptado con resignación al pibito porque consideran que no tiene sitio en el equipo. Pero Saviola ha pasado de ser un molesto problema a una solución inesperada ante las numerosas bajas del equipo. Ya le sucedió a principios de curso cuando de no contar pasó a jugar con cierta asiduidad pese a que Frank Rijkaard le avisó en la pretemporada de que difícilmente con Eto'o y Gudjohnsen tendría minutos.

"No voy a regalar nada, y si las cosas no salen como quiero, empezaré a mirar ofertas"
Más información
Beckham declara que su renovación se resolverá en poco tiempo

Ayer, el jugador reiteró ayer que no tiene ofertas de ningún club -"tampoco del Sevilla", insistió, donde jugó cedido el año pasado- ni del propio Barça para renovar su contrato. Pero, de momento, no piensa moverse y se quedará en el Camp Nou hasta final de temporada. "Yo sólo vivo el presente. Es cierto que puedo negociar con otros clubes pero mi prioridad es el Barça. Pero tampoco voy a regalar nada y si las cosas no salen como quiero, empezaré a mirar cosas", avisó, en el único momento en que, siempre comedido, alzó algo la voz.

Tras forzar en verano su permanencia en el estadio azulgrana rechazando todas las propuestas que llegaron a los despachos del Barça, Saviola vive una situación incómoda aunque aparentemente convive con ella con normalidad. Rijkaard también le ayudó porque aceptó su decisión y le trató como a uno más. No se arrepiente Saviola de su apuesta porque sostiene que, antes de lesionarse en noviembre ante el Zaragoza, venía jugando con relativa asiduidad. Las circunstancias también le ayudaron: Eto'o se lesionó y una pequeña rendija se le abrió. Y el holandés, pese a haber dicho mil veces que Saviola tenía pocas posibilididades de jugar por ser el tercer ariete tras el camerunés y Gudjohnsen, no ha tenido reparos en recurrir al argentino cuando la situación lo ha requerido. Fue así como pasó de no contar absolutamente para nada a jugar por sorpresa ante el Valencia y luego, ya sin Eto'o, ante el Athletic (marcó un gol) y sucesivamente contó con minutos ante el Sevilla, el Real Madrid, el Recreativo, el Deportivo -en el único día que fue titular coincidiendo con una lesión del islandés- y el Zaragoza. Frente al equipo aragonés anotó su segundo gol en esta Liga y después sufrió una rotura muscular. Su bagaje es de dos goles en los 226 minutos que ha disputado en la Liga, además de dos goles en la eliminatoria de Copa del Rey frente al Badalona.

Consciente de que su decisión de quedarse en el Camp Nou fue criticada -cobra una ficha de casi cuatro millones de euros, más que muchos integrantes de la plantilla-, el caso Saviola aparece siempre súbitamente cuando las bajas se le acumulan al Barça. Rijkaard tendrá en Getafe más ausencias que nunca porque, además de Deco, no podrá contar con ninguno de sus tres delanteros estrella: los lesionados Eto'o y Messi más el sancionado Ronaldinho. El técnico nunca se ha encontrado en esa tesitura y lo más probable es que para sustituir al gaúcho recicle a Iniesta en la banda o apueste por Ezquerro, que jugó en el Mundial de clubes y en el último partido ante el Atlético mientras el argentino calentaba en la banda.

Obstinado y confiando plenamente en sus posibilidades, a Saviola a terco no le gana nadie: "Yo estoy al 100%. Ojalá pueda jugar y tener esa oportunidad que todo el mundo quiere. Quiero ser útil y ayudar a ganar títulos", afirmó el argentino, que se vio en cierto compromiso cuando se le preguntó, con ironía, si era tan difícil tomar un avión desde Suramérica tras el retraso de 24 horas de Ronaldinho y Deco en reincorporarse al equipo. Disciplinado, el pibito nunca ha faltado a una cita. "¿Qué queréis que diga?", dijo. "Son viajes largos. Yo me tomo una pastilla y vengo durmiendo".

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_