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Reportaje:

Seis siglos de cerámica en España

El Café Moderno de Pontevedra exhibe una selección de fondos de la Fundación Godia

Acercarse a las formas de vida y a la evolución en los gustos artísticios entre los siglos XIV y XIX es uno de los atractivos con los que cuenta la exposición El esplendor de la cerámica española, que puede visitarse en el Café Moderno de Pontevedra hasta el próximo 5 de febrero. Es la primera vez que se presenta en Galicia una selección de los fondos de la Fundación Godia, que tiene su sede en Barcelona y cuenta con una de las colecciones privadas más importantes de todo el Estado.

A través de más de 80 piezas, los visitantes que se acerquen a la sede de la Fundación Caixa Galicia en Pontevedra podrán descubrir la influencia que han tenido en la cerámica española los artistas musulmanes, flamencos e italianos que llegaron a la Península como consecuencia del comercio o de los movimientos migratorios. A partir de estas aportaciones, distintos centros alfareros repartidos por toda la geografía española desarrollaron una identidad propia. Aragón y Cataluña contaron con varios enclaves en los que floreció la alfarería aunque también son destacables lugares como Toledo, Sevilla, Puente del Arzobispo, Paterna, Manises y Alcora. Muchos aún conservan la tradición alfarera.

El período elegido permite mostrar piezas de dos de los mejores momentos de la cerámica española. El primero tuvo lugar durante los siglos XIV y XV cuando los moriscos valencianeos emplearon en sus obras la técnica de reflejo metálico -de origen sirio-persa o egipcio- que acabó alcanzando una difusión universal. La segunda edad dorada llegó en el siglo XVIII cuando la cerámica de Alcora, con marcada influencia oriental, se convirtió en una de las más demandadas dentro y fuera de España.

La exposición está dividida en áreas temáticas de forma que se pueden apreciar los diferentes tratamientos artísticos que realiza cada una de las escuelas. Por ejemplo, dentro de los platos que forman uno de los apartados de la muestra se distingue con facilidad los atributos que distinguen a cada uno de los centros alfareros: la decoración incisa de la escuela toledana, la cerámica policromada con márgentes festonados de Alcora o los reflejos dorados siempre presentes en las obras de los artesanos de Manises.

Otros apartados de la exposición se dedican a la cerámica con motivos inspirados en la naturaleza, con figuras humanas, a los platos blasonados y a los socarrats, nombre que reciben las grandes piezas de barro de forma rectangular que se colocaban entre las vigas de los techos. Se cocían sin decorar y después se pintaban con motivos vegetales, zoomorfos, figuras humanas y escudos heráldicos.

La mayoría de las piezas exhibidas combinan la doble función que ha caracterizado a la cerámica a lo largo de los siglos: la utilitaria y la ornamental. Una de las obras más antiguas es un bote de farmacia realizado en Barcelona y que muestra las influencias que el estilo musulmán imprimió entre los artesanos catalanes de la época.

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Otra de las piezas destacadas es un busto del décimo Conde de Aranda, hijo del fundador de la cerámica de Alcora, que fue realizado en 1775 y que constituye un buen ejemplo del refinamiento alcanzado por los alfareros de esta localidad.

La colección privada Francisco Godia, una de las más importantes de España, está especializada en escultura y pintura medieval, pero cuenta también con un fondo de más de 500 piezas de cerámica española, de las que ahora se presenta una selecta muestra.

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