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Crónica:Baloncesto | Liga ACB y NBA
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Madrid ya no es invencible

El equipo de Joan Plaza pierde su primer partido de Liga ante el Girona, liderado por San Emeterio y Marinovic

En cinco segundos, la lógica pareció aplastar al Madrid. Felipe Reyes, su mejor jugador, superior, dominante, hizo falta. La quinta. Eliminado. San Emeterio, el hombre que le había retado en un vuelo imposible, anotó la canasta y el tiro adicional, lanzando a su equipo hasta la máxima diferencia del partido -nueve puntos- con el primer tercio del último cuarto consumido. Debió ser el cierre del partido. No lo permitió el Madrid, un equipo competitivo al máximo, llueva o haga sol. Los blancos sacaron la lima y enjugaron la diferencia hasta empatar. Buscaron la victoria en un último tiro imposible de Bullock. Y sólo entonces, con el reloj a cero, se convencieron de que ya no son invencibles. El Girona, un equipo serio con jugadores con pasado -Fucka, Middleton-, presente -Marinovic o Mcdonald- y futuro -Gasol y San Emeterio- tiene derecho al título de matagigantes: ha ganado al Madrid en sus últimas cuatro visitas a Fontajau y ayer acabó con el inmaculado currículum de los blancos, que marchaban invictos tras trece jornadas de Liga.

AKASVAYU GIRONA 91 - REAL MADRID 88

Girona: Fucka (10), Salenga (5), Mcdonald (10), Gasol (10), Marinovic (19) -equipo inicial-, Sada (4), Thornton (2), Gabriel (5), San Emeterio (18), Middleton (8).

Real Madrid: Varda (4), Mumbrú (11), Hervelle (12), Tunçeri (5), Bullock (22) -equipo inicial-, Smith (10), Reyes (22), Hernández Sonseca (2), Tomas.

Arbitros: Pérez Pizarro, Perea y Cortés. Eliminados: Middleton, Reyes, Hervelle y Tunceri

Unos 5.200 espectadores en el Palau Fontajau de Girona.

4º CUARTO

3º CUARTO

2º CUARTO

1º CUARTO

19-22

23-14

26-27

23-25

De inicio, Madrid y Girona apostaron por un partido a zapatilla quemada. Los dos jugaron rápido y bien, derrochando energías y carreras. Buscaban canastas fáciles y defensas descolocadas. Las encontró el Girona. También el Madrid. Los de Plaza, sin embargo, con premio envenenado: se gustaron tanto que se olvidaron de que no estaba Raúl López, lesionado, y de que la rotación de bases era más corta.

Por ahí empezó a torcérsele el partido al Madrid. Pesic, que lleva tiempo en esto, le dio a todos los pequeños de su equipo el número de la camiseta de Tunceri, el segundo base del Madrid. Y sus jugadores le presionaron hasta agotarle. Mientras Tunceri resistió, el Madrid se mantuvo en el partido. Cuando al turco se le apagaron las luces, el Madrid ya no vio nada: se atascó en el medio campo, llegó sin segundos al ataque, y dejó que Middleton, que ya ha cumplido los cuarenta, pareciera un coloso. El Madrid le puso intensidad. Apretó en defensa. Y sólo perdió cuando la suma de su amor propio y su afán de victoria, el sello de Plaza, no alcanzó para compensar su juego deslavazado e irregular, acogotado por los brazos que rodeaban la zona del Akasvayu y superado por la presión más que insistente de Marinovic -excelente en el tiro- y Sada.

El partido, vivido en las distancias cortas, siempre pareció colgado del lado del Akasvayu. El Girona dominó el rebote. Contó con un San Emeterio sin complejos, agresivo y matador. Abusó de la inferioridad física del Madrid. Y acabó con una estadística imposible: catorce jornadas después, ya no hay equipos invictos en la Liga.

Tomas intenta impedir la canasta de San Emeterio.
Tomas intenta impedir la canasta de San Emeterio.EFE

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