La presidencia y el déficit
La junta general de accionistas del Betis llega en muy mal momento para el poseedor de la mayoría del capital de la sociedad, Manuel Ruiz de Lopera. La salida de Javier Irureta y la consiguiente incertidumbre que genera sobre el futuro del equipo se suma a un rosario de circunstancias de las que tendrá que responder el accionista mayoritario.
Uno de los puntos a tratar es sin duda el de la actualidad y hasta el modelo de presidencia del club. Ruiz de Lopera dejó el cargo el pasado verano, seis meses después de que admitiera su culpabilidad en un juicio sobre su gestión de los recursos del club y por el que se le impuso una multa de alrededor de seis millones de euros además de una pena de prisión que no se ejecutó por ser inferior a los más de dos años que fija la ley.
Su sustituto desde entonces es José León, aunque en estos momentos ocupa el cargo de manera interina después de la convocatoria de un plebiscito entre los abonados que propuso Ruiz de Lopera en noviembre pasado. La votación estaba prevista para enero próximo pero sólo se presentó un candidato que, además, no pasó el filtro de la directiva para hacer oficial su candidatura. Tanto León como el consejero del club Manuel Castaño o incluso el propio Ruiz de Lopera podrían postularse al cargo ante los accionistas.
Por otro lado, el presidente en funciones admitió esta semana que las cuentas arrojarán un déficit de once millones de euros, los primeros números rojos desde que Ruiz de Lopera compró el club. León minimizó el déficit y aseguró que los ingresos por las ventas de Joaquín y Oliveira corregirán este desajuste en el próximo ejercicio.
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