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"Toni, ¿qué hacemos?"

Capello dice que la única solución que se le ocurrió fue hacer 11 cambios

Diego Torres

Fabio Capello suele ser un técnico enérgico, agresivo, capaz de defender argumentos insólitos sin decaer en su empeño ni en su elocuencia. Ayer, sin embargo, transmitió la misma sensación desinflada de su equipo. Empezó la temporada diciendo que no encajaría más de cuatro derrotas y ayer, tras la quinta derrota en cuatro meses salió del vestuario con aire distendido. Su rostro reflejaba algo parecido a la paz beatífica. Se sentó en la sala de prensa con expresión de monje tibetano y dijo: "Es inexplicable". Luego hizo un silencio y perdió la mirada en el fondo de madera chapada. "Lo que ha ocurrido hoy [por anoche] es inexplicable", prosiguió. "Ha sido un partido inexistente".

Puesto ante una multitud inquisitiva de periodistas, Capello se vio obligado a romper su duermevela. Rebuscó en sus recuerdos. Se acordó de su asombro en el banquillo, hombro con hombro junto a Toni Grande, hombre de confianza de Vicente del Bosque y ahora ayudante de campo de Capello. Entre los dos habían visto miles de partidos. Miles de problemas tácticos. Pero esta vez era diferente. "Le dije a Toni", evocó Capello; "¿qué hacemos? ¡Hay que cambiar jugadores! ¿Pero a quién? No era posible cambiar a todos. Un cambio no era la solución".

Ni al terminar el partido, ni en el descanso, hubo grandes palabras. El vestuario se quedó inerme. La voz de Capello no resonó cargada de rabia como otras veces. "Hoy la actitud ha sido mucho peor que en Getafe [la primera derrota sufrida por su equipo en la temporada]", ponderó el entrenador, con una sonrisa irónica. "Hemos jugado sin ganas, sin fuerza, sin calidad ni nada. No puede ser que catorce jugadores tengan el mismo problema. No es posible que a todos les pase lo mismo. Algo les ha pasado en la cabeza. No es cuestión de sistema de juego ni de detalles puntuales".

Capello analizó el partido con la cautela de los fenómenos paranormales. "No estoy enfadado con ningún jugador", enfatizó. "Cuando algo le pasa a todos no tiene sentido enfadarse. Hemos fallado pases laterales, controles, acciones fáciles. Sé que siempre que han jugado juntos Van Nistelrooy y Ronaldo hemos perdido. Pero hoy, el problema no ha sido táctico".

"¿Qué podía decirle a los jugadores?", se preguntó el técnico italiano; "que hicieran un poco de gimnasia durante las vacaciones, que cuidaran el peso, y que feliz Navidad".

Capello fue prácticamente la única voz pública del vestuario del Madrid. Entre los jugadores hubo muy pocos que quisieran comentar lo sucedido. Sólo Raúl y Michel Salgado lo hicieron. Ambos dijeron que el equipo sufría en exceso en los partidos en el Bernabéu. "Damos demasiadas ventajas a los rivales y hoy [por ayer] no hemos podido remontarlas", lamentó el capitán. Salgado se mostró preocupado y no ocultó la causa: "Quizá somos más fuertes fuera que en casa porque no somos capaces de tener el balón. No se trata de una filosofía determinada de juego. No le echemos la culpa a Capello. Hoy el equipo no ha hecho nada por ganar el partido. Ni un desmarque, ni un desborde, ni... nada por tener la pelota".

"Se ha visto un solo equipo en el campo", abundó Salgado. "Les hemos dado todas las facilidades. Ellos siempre estuvieron juntos por detrás de la línea del balón y se agruparon muy bien cuando lo recuperaron para tenerlo y salir al contragolpe. Han hecho un partido brillante y nosotros lo mejor que podemos hacer es irnos de vacaciones, descansar, y recapacitar sobre lo que ha sucedido. Porque o mejoramos nuestro juego en el Bernabéu, o no podremos ganar la Liga. Porque la Liga se gana en casa"

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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