El Sevilla no sabe especular

El Sevilla se complicó ayer un poco la vida en la Copa de la UEFA. Con su victoria en el Sánchez Pizjuán, el AZ Alkmaar de Van Gaal se clasifica como primero de grupo, mientras que el equipo de Juande Ramos tendrá que enfrentarse en la próxima ronda a un equipo de los caídos en la Liga de Campeones. Juande Ramos había dicho que priorizaba la Liga para justificar algunas ausencias de la convocatoria. Ahora toca apechugar con las consecuencias de la decisión.

El jugador más destacado de entre los sevillistas en la primera mitad fue, sin duda alguna, Navas. El joven interior andaluz se coló hasta las mismísimas narices del portero Waterreus en tres ocasiones antes de que pasara el primer cuarto de hora. Dispuso de dos claras ocasiones de gol, una como culminación de una de sus centelleantes carreras y la otra de cabeza a pase de Alves, y cargó con tarjeta amarilla al pivote Da Silva y al lateral De Cler. El juego de Navas en banda es una de las cosas más hermosas que puede verse en el fútbol español. Sus quiebros y carreras iluminaron la primera mitad de un enfrentamiento que no ofreció la brillantez que se acostumbra últimamente en Nervión. Con Chevantón en la punta, Renato en el enganche y Martí y Poulsen en el doble pivote, el conjunto sevillista se bastó para marcar los tiempos del encuentro. Así, tras un penalti, se adelantó.

El AZ se estiró en busca del empate y lo logró en una fantástica jugada de contraataque culminada por un no menos bueno disparo de Arveladze. El propio georgiano remató la faena gracias a un fallo tremendo de David, certificando la primera derrota europea en casa de toda la historia del Sevilla.