En la última semana llovió un 137% más que el promedio de los últimos 76 años

Galicia soporta uno de los otoños más lluviosos de los últimos 76 años. En la última semana, la lluvia media registrada en Galicia superó los 88 litros por metros cuadrado, un 137% más que la media histórica medida en la misma semana desde 1930. Los datos del Ministerio de Medio Ambiente indican que lo que resulta un drama en algunos pueblos gallegos es una muy buena noticia para las compañías eléctricas. La producción hidroeléctrica gallega se ha duplicado y los embalses hidráulicos están en récord de la década en cantidad de agua.

No es un monzón, pero lo parece: 17 borrascas encadenadas en las últimas tres semanas. Hace diez años que no llovía tanto en Galicia durante esta época. Vigo, con 134 litros por metro cuadrado, se ha convertido en los últimos siete días en la ciudad española más mojada. La segunda es Santiago, con 126 litros. La tercera, San Javier (en Murcia), con 82 litros. Y las tres siguientes también son gallegas: Lugo, A Coruña y Ourense, por este orden.

La media de lluvias desde 1930 es de 37 litros en una semana como ésta. Pero entre el 28 de noviembre y el 5 de diciembre, Galicia ha soportado 88,5 litros por metro cuadrado, un 137% más, según los datos recogidos por el Ministerio de Medio Ambiente en los observatorios pluviométricos de Vigo, A Coruña, Santiago, Ourense y Lugo. En la costa gallega es aún peor. La media de lluvia alcanza los 106,7 litros por metro cuadrado, sin incluir el jueves y viernes, que no paró de caer agua. Históricamente, los pluviómetros no recogían más de 45 litros en estos días.

El exceso de agua en Galicia no resiste comparación, ni siquiera frente al resto de autonomías del norte de España: en la costa gallega ha llovido cinco veces más que en el resto del litoral atlántico. El resultado es que los embalses gallegos nunca habían estado tan llenos por estas fechas. Los pantanos costeros ya disponen de 475 hectómetros cúbicos de agua, ocho veces más que la media de la década. Y las presas de los ríos Miño y Sil acumulaban esta semana 2.235 hectómetros cúbicos, casi 40 veces más que en los últimos diez años.

El sector más favorecido por la pluviometría está siendo el eléctrico. Con el agua embalsada, su capacidad de generación eléctrica se ha multiplicado por dos este año, alcanzando el récord de producción al menos desde 1996. Los datos de Medio Ambiente indican que la energía embalsada (disponible) por las eléctricas en Galicia supera los 2.600 gigavatios por hora, frente a los poco más de 1.600 gigavatios de los últimos diez años.

Las mediciones fluviales apuntan a un año boyante. El caudal de los ríos Miño y Sil, los que concentran la red hidroeléctrica más potente de España, están entre el doble y el triple de lo normal. El observatorio de Frieira, tras la unión del Sil al Miño, ha medido esta semana un caudal de 702 metros cúbicos por segundo, casi cuatro veces superior al del año pasado.

Temporal de viento

El temporal volvió a sacudir ayer a Galicia con rachas de viento que superaron los 100 kilómetros por hora en toda la franja litoral. Los anemómetros de Meteogalicia midieron ayer máximas de 154 kilómetros por hora en la estación de Santa María de Oia. El viento arrancó la cubierta del Instituto de Educación Secundaria Eduardo Blanco Amor, en Ourense, donde la dirección del centro ha suspendido las clases del próximo lunes. En Fisterra, a los pies del faro, los dueños de un hotel se vieron obligados a desalojar el establecimiento, completo durante todo el puente, por los desperfectos que las tormentas habían ocasionado en el tejado y las ventanas. El viento también arrancó 300 metros cuadrados de techo en el Instituto de Secundaria de Vila de Cruces, aunque la Xunta confía en que el lunes se puedan reanudar las clases.

En el mar las olas superaron los siete metros de altura y la flota tuvo que permanecer amarrada a puerto. Durante toda la jornada, la caída de árboles y postes provocó cortes de líneas telefónicas y en el suministro eléctrico. En la periferia de Ferrol, aldeas como Brión, Esmelle y Mandiá sufrieron apagones. También faltó el suministro eléctrico en Soutomaior (Pontevedra), donde los cortesse prolongaron durante 15 horas.

Aunque los chubascos fueron menos persistentes, el agua anegó varias viviendas en la comarca de A Coruña, una en Carballo y tres en Cambre. El alcalde de esta localidad, Antonio Varela, pidió ayer al Gobierno gallego que actúe contra varias construcciones ilegales en el cauce del río Mero. En la zona de Sabarís, en Baiona, varias familias colocaron sacos de arena para frenar las acometidas del río.

A última hora, los copos de nieve que empezaban a caer por encima de los 1.000 metros de altura, provocaron también dificultades para la circulación en varios ayuntamientos de Ourense, Lugo y Pontevedra. En el municipio de Baleira se hacía imprescindible el uso de cadenas, algo que también sucedió en Pedradita do Cebreiro, Os Ancares y en la zona de O Courel.

El Partido Popular pidió ayer a la Xunta que efectúe un inventario conjunto de los daños provocados por los incendios y las riadas para activar el fondo de solidaridad de la Unión Europea. Según el PP, sólo así la Xunta podría afrontar con holgura suficiente a las pérdidas que acumulan los ayuntamientos de la costa gallega. Sólo en Vilagarcía los peritos tasaron daños en más de 1.300 coches afectados por las inundaciones.