China quiere reducir al 8% el crecimiento de su economía en 2007
El Gobierno chino ha fijado alrededor del 8% como objetivo para el crecimiento del producto interior bruto (PIB) en 2007, según aseguraron ayer responsables del Partido Comunista Chino (PCCh) en el marco de la conferencia que anualmente se celebra en Pekín para discutir la estrategia económica del año siguiente. En la reunión participan responsables de los Gobiernos central y provinciales.
La cifra es sensiblemente inferior a la registrada por el país asiático en los cuatro últimos años, cuando el incremento ha sido de dos dígitos, y, de ser cumplida, supondría una notable desaceleración para la cuarta economía del mundo.
Sin embargo, parece poco probable que vaya a ser así. Tradicionalmente, Pekín marca una meta, que en los últimos ejercicios siempre ha sido rebasada con creces. Durante la Asamblea Popular Nacional (el cónclave que cada año reúne en la capital a los diputados llegados de todo el país) celebrada el pasado marzo, China dijo que estimaba que el PIB ascendería un 8% en 2006. Pero en los nueve primeros meses ya ha alcanzado el 10,7%.
Locomotora en marcha
Zheng Xinli, economista del departamento de investigación del PCCh, corroboró ayer la modestia de la previsión. "El Gobierno central fija el objetivo en alrededor del 8% porque no puede colocarlo muy alto. Si lo sitúa en el 10%, entonces el aumento real podría llegar al 12%", afirmó. Zheng aseguró que, personalmente, él cree que en 2007 será aproximadamente del 10%, y en 2006, del 10,5%.
Los dirigentes chinos se debaten desde hace tiempo entre, por un lado, la necesidad de mantener una actividad suficiente que haga que la locomotora continúe en marcha y se creen los empleos necesarios para absorber el excedente de mano de obra, y, por otro, la necesidad de controlar el calentamiento que han experimentado algunos sectores.
Zheng señaló que Pekín ha urgido a los líderes provinciales a que dirijan las inversiones hacia el sector servicios y las industrias que puedan impulsar el consumo, y menos hacia aquellas actividades que contaminan y consumen grandes cantidades de energía.
China quiere reducir su dependencia de la inversión y las exportaciones, pero muchos ciudadanos son reacios a gastar y optan por ahorrar, debido a la falta de cobertura sanitaria y de un sistema de seguridad social.
Ha Yongwen, secretario general de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma -el máximo órgano de planificación- reiteró la voluntad del Gobierno de incrementar la flexibilidad de su moneda (el yuan o renmimbi), y aseguró que Pekín continuará ejerciendo una política fiscal restrictiva el año que viene. Zheng insistió en la necesidad de mantener una política monetaria estable.
China revaluó un 2,1% el yuan frente al dólar en julio de 2005, y desde entonces ha dejado que se aprecie otro 3,6%, aunque Estados Unidos cree que está artificialmente infravalorada.
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