Alberto Madrid, batería de Sôber y Savia

Alberto Madrid, ex componente de Sôber y actual batería de Savia, falleció ayer en un accidente de tráfico alrededor de las cinco de la tarde, en el kilómetro 43 de la M-40, a la altura de Pozuelo de Alarcón, según informó un portavoz de Emergencias 112. Madrid, de 35 años, circulaba en una moto de gran cilindrada cuando se salió de la vía y se estrelló contra la mediana. Posteriormente, tres vehículos colisionaron entre sí al tratar de evitar su cuerpo.

Alberto, nacido en Madrid el 6 de Junio de 1971, comenzó a tocar la batería a los 14 años de manera autodidacta. Después de algunos años tocando con grupos de principiantes y tras grabar algunas maquetas, su debú profesional se produjo con el grupo Santafe, con los que grabó un prometedor disco anónimo en una onda de rock duro al estilo grunge y con ribetes sureños.

Tras ellos saltó a otra renombrada banda de los noventa, My Criminal Psycolovers, con los que giró en directo sin llegar a grabar. Fue entonces cuando comenzó a superarse como instrumentista, llegando a completar sus estudios en Estados Unidos y estando en condiciones en muy poco tiempo de comenzar a darlas él como profesor a otros aspirantes.

En 1999 contactó con un grupo madrileño que en breve pasarían a convertirse en referencia de nuevo metal con tintes oscuros de la capital de España. Sus nuevos compañeros fueron los hermanos Carlos y Jorge Escobedo, vocalista y guitarra respectivamente, y el también guitarra Antonio Bernardini.

El grupo se llamaba Sôber y con ellos Alberto alcanzó reconocimiento del público y crítica y excelente nivel de ventas para tres discos: Morfología (2000), Synthesis (2001), Paradÿsso (2002) y, finalmente, Reddo (2004). Tras la edición de un grandes éxitos, la banda optó por una partición en la que los guitarras Jorge Escobedo y Antonio Bernardini optaron por formar Skizoo y Alberto y Carlos, el cantante, pasarían a integrar un nuevo proyecto, Savia, con los que grabaron dos discos.

Para sus compañeros músicos y seguidores, Alberto Madrid quedará como el músico talentoso que era, pero quienes gozaron de su amistad, pueden hablar tranquilamente de él como de la excelente persona que a todas luces fue.