Alves se luce en Suiza

Le bastaron al Sevilla los primeros diez minutos de partido para darse cuenta de que se enfrentaba a un equipo muy menor. Al menos para los estándares futbolísticos españoles. En esa primera decena de minutos de encuentro, Chevantón falló un gol sólo frente a Coltorti y Luis Fabiano obligó a éste a una parad de mérito. Dos minutos después llegó el gol de Alves. Todas estas acciones tuvieron como denominador común facilotes robos de balón o pérdidas inocentes de los centrocampistas del Grasshoppers, donde suenan dos apellidos españoles: el cierre Seoane, nacido en Suiza de padres emigrantes, y León, ex jugador de las categorías inferiores del Real Madrid.

Los suizos se habían llevado un saco de nueve goles en los dos partidos de la fase de grupos de la UEFA que habían disputado hasta ayer. A pesar de los precedentes, en la primera mitad tan sólo se salvó del tedio una jugadón de Adriano, que se fue hasta de cinco defensores. Bueno, destacó esa jugada y, cómo no, Alves. Al lateral brasileño le da igual que se juegue una final europea que una pachanga contra los hijos de los directivos. El brasileño crece y crece como jugador por momentos. De enervar a la grada de Nervión a su llegada, ha pasado a que los aficionados suspiren cada vez que lo hace bien.

Con la victoria de ayer, el conjunto andaluz se ha asegurado pasar a la siguiente ronda de la UEFA y el 14 de diciembre contra el AZ Alkmaar y en su estadio buscará ser el primero de grupo (y eludir así a los caídos de la Liga de Campeones). Pero no fueron todo buenas noticias. Aprovechando la blandura que se le presumía al rival, Juande Ramos dio minutos a algunos de los no habituales. Dragutinovic estuvo bastante fallón; Chevantón, que, a priori, parece destinado a la titularidad, marcó un gol, falló otro más claro aún y combatió contra su falta de adaptación y de forma. Nada por lo que preocuparse en exceso tras las semanas que ha pasado lesionado.

El que se quedó sin excusa fue Fernando Sales. El que se suponía recambio de Jesús Navas ha sido relegado al banquillo con el cambio de banda de Adriano y la salda de Puerta por la izquierda. Su entrenador le ha dado oportunidades a porrillo, aunque anoche le cambió en el descanso por Hinkel. Un problema menor para un equipo tan lanzado como lo está el Sevilla.