"Hemos tenido suerte", admite el técnico italiano

Quique Flores y Fabio Capello volvieron a verse las caras en los pasillos de un estadio. La última vez fue hace 10 años, y el encuentro supuso el adiós del lateral al Madrid tras la llegada del italiano, que le cambió por Panucci. Ese mismo verano, Mijatovic dejó Mestalla por 1.284 millones de pesetas para recalar en el Bernabéu. Era 1996 y desde entonces el Madrid encuentra pocos amigos en Mestalla.

"No es fácil jugar en este campo. Hemos tenido suerte porque el Valencia pudo empatar. Para ellos el resultado no es justo", admitió Capello. "En la primera parte hemos sufrido una gran presión. Tuvimos ocasiones con Van Nistelrooy y Robinho, pero ellos todavía más. Como equipo me han gustado mucho", añadió el italiano, feliz por el "movimiento perfecto" de su equipo en el tanto de Raúl. "El gol nos condicionó. Presionamos al máximo al Madrid, les condicionamos y no sacamos nada", se lamentó Quique. "Echamos en falta el remate final. Generamos ocasiones, pero sin acierto. La pegada fue infinitamente mayor en el Madrid y eso decide partidos. El partido fue para el que no dominó. Muchas veces pasa. Estamos en un momento negativo en que si algo malo nos puede pasar, nos pasa. Ha sido un noviembre negro", añadió.

Quique perdió a Villa al cuarto de hora tras recaer de una lesión muscular. El asturiano sufrió un pinchazo en el muslo derecho el pasado miércoles, ante el Olympiacos, y deseó forzar al máximo pese a que los médicos le ordenaron 10 días de baja. Su atrevimiento y el de Quique al alinearle duró un cuarto de hora, el que tardó en volver al banquillo, lanzar al suelo con rabia las espinilleras y ponerse a hablar con Morientes. "Estaba bien antes del partido, pero la tensión del partido ha hecho que al tercer sprint notara dolor. Toda la responsabilidad y la culpa ha sido mía, he sido el que quería jugar y volvería a hacer lo mismo. Intentaré aprender de esta lección", afirmó el delantero. "Es un jugador peligrosísimo, dificilísimo de marcar en el campo. Su baja ha sido un problema tremendo para el Valencia. Tener que hacer el cambio les ha perjudicado mucho", dijo Capello. "El futbolista quería jugar al límite. Nosotros podíamos elegir entre Villa y Morientes, también con molestias, y apostamos por uno. Morientes pudo salir en la segunda parte, pero cuando empezó a calentar nos dijo que no tenía buenas sensaciones y lo descartamos", concluyó Quique.

El Valencia suma cinco partidos ligueros seguidos sin ganar y está a 11 puntos del Barça, mientras el Madrid confirma su tarjeta de mejor visitante del torneo.