Una funcionaria valenciana gana el Mercedes Clase A que regala EL PAÍS

Carmen Ojea Pérez, valenciana de 57 años, es la última ganadora del Mercedes Clase A que cada día de lunes a sábado EL PAÍS ha regalado a sus lectores en una campaña solidaria cuyos beneficios serán para Unicef. La organización de Naciones Unidas destinará lo recaudado a través de los SMS y llamadas telefónicas de los participantes a proyectos en países en vías de desarrollo en todo el mundo. Este sorteo solidario, que ha durado un mes, servirá para financiar proyectos de agua y saneamiento, sanidad...

Carmen recibió la noticia de que era la última ganadora del Mercedes, ayer domingo. "Yo pensaba que estas cosas no tocaban, estoy encantada", señalaba, poco después de conocer la noticia. Esta valenciana que trabaja como funcionaria en el Instituto de la Seguridad Social, participaba cada fin de semana. "Una amiga me contó que ella participaba y me pareció divertido", aseguró.

"Yo tengo carné pero no tengo coche", señalaba por teléfono. Carmen es una firme defensora de "la utilización del transporte público", pero aseguró que del Mercedes Clase A "hará un uso responsable". Carmen ganó enviando el código 2511*3055715.

Además de los Mercedes Clase A que EL PAÍS ha regalado en el último mes, cuatro de los lectores han conseguido un loft, un espacio diáfano de uso profesional situado en Madrid, en la calle de Miguel Yuste, 29, a diez minutos del aeropuerto de Barajas.

Asturias, Madrid, Valencia, Galicia, Sevilla o Zamora han sido algunas de las ciudades donde algún lector de EL PAÍS ha resultado ganador. Ellos, como Carmen han conseguido un gran premio, bien un Mercedes Clase A, bien un loft, pero los niños, gracias a Unicef y a EL PAÍS han ganado siempre.

Unicef es la organización de Naciones Unidas que el próximo 11 de diciembre cumplirá 60 años y que hace apenas un mes recibía de manos de don Felipe el premio príncipe de Asturias de la Concordia.

Con presencia en prácticamente todo el mundo, Unicef, vela por los derechos de la infancia y es raro el lugar del mundo desde Haití hasta Irak, pasando por Congo o cualquier país latinoamericano, donde no se ven ondear sus banderas azules.