Cuarenta años de romeros
Cuarenta años juntos supone toda una vida, incluso, si me apuran, para la gente como yo, cuarenta años es mucho más que una vida. Eso mismo han debido pensar los señores que se encargan de determinar quienes merecen figurar en el libro de los récords Guiness ya que han elegido a Los Romeros de la Puebla como el grupo musical, a nivel mundial, que más años lleva en activo con sus componentes originales.
Desde el año 1966, José Manuel Moya, Juan Díaz, José Angulo, Faustino Cabello y Manuel Cabello, esos muchachos de la Puebla, se han mantenido unidos sin que, ni el tiempo, ni las corrientes de moda hayan logrado separarlos. Esa circunstancia es, sin duda alguna, merecedora de una incursión en el libro Guiness de los records... que ya sabemos todos que los grupos musicales están expuestos a los mismos peligros que los matrimonios: crisis de comunicación, peleas, infidelidades y envidias varias. Acostumbrados como estamos a que en el libro de los Guiness lo loable sea lo extravagante, anunciando a bombo y platillo el boniato más gordo del mundo o el hombre que más pinzas de la ropa ha conseguido colocarse en las orejas, el que a un grupo andaluz lo reconozcan por algo más interesante que genialidades que de artístico tienen más bien poco, pues como que le llena a una de orgullo patrio.
Qué sería de los saraos, las ferias y el Rocío, sin las sevillanas de estos cinco hombres, incitándonos a tener alas para volar como los pajarillos en libertad, acompañándonos en nuestros desamores, porque todo termina en la vida y nuestro amor se acabó, ayudándonos a descubrir cierto orgullo en el brillo de los ojos de los desheredados de esta tierra porque son más felices que nadie, la gente que no tiene ná.
Los Romeros de la Puebla han llenado nuestras vidas de letras que sobrepasaron el límite de la métrica típica de las sevillanas de siempre para adaptarse a las circunstancias sociales, jugando con la metáfora, los símiles y la metonimia, obligándonos, en ocasiones, a parar de bailar para escuchar. Por eso, el pasado miércoles fueron homenajeados por su trayectoria profesional en un acto que se celebró en la sala Turina del Centro Cultural El Monte.
Se proyectó un video-homenaje que nos situó en el año 1966. En media hora pasaron ante nuestros ojos cuarenta años gracias a la técnica de ver cómo cambian las modas: los pantalones de campana, las patillas de Curro Jiménez... Los Romeros de la Puebla apoyados en un coche que parecía sacado de los decorados del Cuéntame cómo pasó... más pelo, menos canas... En definitiva, su carrera artística, paralela a la de nuestra historia más reciente, porque ellos comenzaron a cantar en los tiempos en los que el dictador aún dictaba (y de qué manera) y avanzaron por la transición lanzado al mercado esa sevillana verde y blanca que llamaba a despertar a Andalucía guapa, gitana, mujer morena, porque ya era libre de sus cadenas. Las letras de sus canciones se impregnaron de día a día y cotidianeidad, se adelantaron a su tiempo para dedicar en el año 1995 una sevillana a los gays, mucho antes de que se hablase de las bodas entre homosexuales. Reivindicaciones sociales en las letras de las sevillanas en un momento en el que el país (y el resto del extranjero) se desvivía por ellas. ¿A quién se le hubiera ocurrido?
El alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, recordó que había crecido con las cosas que Los Romeros de la Puebla le decían de Sevilla.
- Los Romeros de la Puebla me hacen pensar en andaluz -concluyó antes de hacerles entrega del reconocimiento de la ciudad.
Después, el carismático Juani de Cantores de Hispalis (en gran parte responsable del homenaje), demostró que los celos profesionales no tenían cabida entre artistas de la categoría de estos dos grupos y, en representación de AIE (Sociedad de Artistas, Intérpretes o Ejecutantes de España), les hizo entrega de un libro de firmas en blanco que permanecerá durante un tiempo en la sede de la sociedad para que cualquier persona pueda acercarse a plasmar en él sus sentimientos por este grupo emblemático.
El Delegado de Cultura del Ayuntamiento de Puebla del Río les impuso la medalla de oro y brillantes de la localidad y Cristina Hoyos, como consejera de la Sociedad General de Autores y Editores, les hizo entrega de tres discos de diamantes en reconocimiento por su trayectoria profesional.
Pero quizás el homenaje más sentido fue el de su propia familia que subió a acompañarlos en el escenario a ritmo de guitarra y sevillanas, demostrando que el talento se trasmite a través de los genes, igual que ocurre con el color de los ojos y del cabello.
- La unión de cinco amigos ha creado una gran familia -dijo uno de los hijos.
Y así, como una gran familia, se despidieron uniendo sus voces en una salve rociera que acabó por unificarlos en el tiempo porque, como dice uno de los discos de Los Romeros de la Puebla: ¿Qué se habrá creído el tiempo?
Al parecer, ellos están dispuestos a burlarlo y continuar juntos cuarenta años más.
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