Batacazo y nervios en el Palau
La derrota ante el recién ascendido Bruesa agudiza la crisis y las dudas en torno al Barça de Ivanovic
Sólo faltaba una derrota ante un recién ascendido como el Bruesa de San Sebastián (65-67). El más fiel y cada vez menos numeroso público del Palau Blaugrana miró al banquillo, al palco, a la cúpula del pabellón, se exasperó, protestó. Motivos sobrados le está dando el Winterthur Barcelona, que va de mal en peor. Suma ya más derrotas, cinco, que victorias, cuatro. No salen las cuentas y a muchos de los que se las prometían felices tras los cuatro fichajes de postín efectuados el pasado verano empieza a poderles el escepticismo.
La derrota ante el Bruesa, tras empezar el partido con un 13-0 y llegar a acumular 17 puntos de ventaja, se añade a las dos con las que el Barça abrió la Liga ACB, algo que no sucedía desde la temporada 1970-71, con el agravante de que en la pista del Etosa Alicante sólo fue capaz de anotar 51 puntos. Llovía sobre mojado porque ya había caído en la final de la Liga catalana ante el Akasvayu Girona y en las semifinales de la Supercopa española ante el Tau. El equipo de Vitoria volvió a derrotarle en la Liga hurgando en la herida abierta desde que Dusko Ivanovic cambió el banquillo baskonista por el azulgrana: 8-0 para el Tau. Y el próximo sábado, el Barça rinde visita al Madrid, el único que cuenta por victorias los nueve partidos que ha disputado. El equipo azulgrana es el décimo en la tabla, dos puestos por debajo de los ocho que dan derecho a disputar la Copa del Rey.
"Lo he visto enseguida. Ellos han puesto más deseo que nosotros", se lamenta Ivanovic
Navarro: "La gente nueva no está bien, y los que ya estábamos, tampoco. La química no es buena"
El caso es que llueve sobre mojado y que las aseveraciones de Ivanovic suenan a repetitivas. Tras el partido ante el Bruesa, insistió en la falta de deseo de ganar por parte de sus jugadores. "Lo he visto enseguida a pesar de que hemos empezado ganando. Ellos han puesto más deseo que nosotros", afirmó. Se llevó varias broncas del público el entrenador montenegrino. Se llevó varias broncas durante el partido, por ejemplo cuando decidió relevar a Vázquez, primero, y a Kakiuzis, poco después.
No sucedió nada que no hubiera pasado ya en partidos anteriores, aunque la sorpresa fue que la derrota se produjo ante un recién ascendido que hasta ahora tan sólo había ganado dos partidos y también que daba la sensación de que el juego del Barça, invicto en la Euroliga, iba mejorando también en la Liga ACB.
"Nos falta un poco de tranquilidad en los momentos importantes y también un poco más de agresividad, sobre todo en la defensa", dice Ivanovic. Sobre el entrenador montenegrino empieza a recaer el peso de las exigencias por parte de una directiva que le ha proporcionado un equipo con uno de los presupuestos más elevados de Europa y al que este curso se han incorporado dos de los pívots con más pretendientes en Europa, el croata Kasun (Magic de Orlando) y Fran Vázquez (Akasvayu), además de los también cotizados bases Lakovic (Panathinaikos) y Ukic (Tau). Eso, después de dos años en blanco, el primero con Montes y Flores en el banquillo y el segundo ya con Ivanovic y en el que también llegaron Basile, Marconato, Thornton, Williams y Kakiuzis, dispara las urgencias en el club.
Tras una de las recientes derrotas, Navarro manifestó: "En el último partido estuvimos un poco mejor en la defensa pero delante jugamos con muchas prisas y mal. No tenemos un balance bueno de tiros de dentro y de fuera y la verdad es que no jugamos a nada". Según Navarro, el jugador que mejor rendimiento está ofreciendo en el equipo azulgrana y que ante el Bruesa fue una vez más el máximo anotador, con 19 puntos, aunque falló el último lanzamiento, que pudo haber forzado una prórroga, "hay tiempo para enderezar el rumbo".
Eso sí, no son pocos los cambios que exige la situación: "Llevamos un par de años que no ganamos nada y esto ha de cambiar mucho porque estamos en un club que tiene que ganar algo cada año. La gente nueva que ha venido no está bien, y los que ya estábamos, tampoco. La química no es buena". La falta de seguridad en lo que hace el equipo ha sido una característica de los partidos disputados hasta ahora. "Estamos con poca confianza y esto es culpa de todos, desde el que juega más hasta el que juega menos, desde el entrenador hasta todo el mundo", concluye Navarro; "tenemos que arreglarlo en la pista y hablando cada vez más. Intentaré ayudar más a todos y a hacer piña".
Tras el partido de la Euroliga ante el Pau Orthez, Ivanovic habló con Kasun, el pívot croata de 26 años y 2,13 metros. En sus declaraciones tras el partido en la cancha francesa y que parecen no haber caducado, el técnico hizo saber que espera y necesita mucho más de sus hombres interiores, en especial de los dos recién llegados, Kasun y Fran Vázquez. "Kasun no estaba en el partido y lo he sentado. Es un jugador que debe marcar la diferencia y, de momento, no lo está haciendo", afirmó Ivanovic, que hasta ahora está dando al pívot croata diez minutos por partido. Pero el mal funcionamiento del equipo es general, anota poco -media docena de conjuntos le superan-, se defiende mal -sufre 81 puntos de media- y su poder reboteador es tan mediocre que le sitúa entre los peores de la Liga. Ivanovic, como hizo cuando perdió ante Estudiantes, se empecina en el diagnóstico: "Nos han ganado porque han tenido más corazón que nosotros y más intensidad en la segunda mitad y han querido ganar". Clavado a su lectura del batacazo ante el Bruesa.
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