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Entrevista:MARÍA JOSÉ GALLEGO | Ganadora de 'Supermodelo 2006' (Cuatro)

"Soy una esponja"

Hasta hace menos de tres meses, María José Gallego (1987, Villanueva de la Reina, Jaén) jamás había subido a un tren. Se bajó del primero que le llevaba a Madrid, a participar hasta la semana pasada en Supermodelo 2006, el concurso de telerrealidad de Cuatro al que se presentaron más de un millar de chicas. Lo hizo por "miedo", no al tren sino "a lo que iba a venir después". De momento, lo que ha venido es su elección como representante española en el Elite Model Look, certamen internacional del que han salido tops como Cindy Crawford, Giselle Bündchen o Laura Ponte, y que se disputa a finales de mes. Está radiante. Pero, paradojas de la vida, no sonríe porque señala la dentadura como su punto débil.

Pregunta. La mejor entre más de mil. ¿Se lo llegó a creer en algún momento?

Respuesta. Nunca. Sólo cuando me presenté al primer casting, en Sevilla. Aunque al subir a la pasarela me asusté, al ver al resto de las chicas pensé que tendría posibilidades. Al llegar a Madrid, a la segunda selección, creía que de allí no pasaba. Cuando conocí a las otras 12 concursantes hice mis cálculos. Que me echaban la octava o la séptima.

P. ¿Qué cualidades, a su juicio, han hecho que el jurado y los espectadores la eligieran a usted?

R. Mi personalidad. Soy muy cariñosa, impulsiva, a veces demasiado, mi gracia y mi espontaneidad.

P. Reconoció que se presentó a Supermodelo 2006 para probar, que nunca se había planteado trabajar en este campo. ¿Ya sabe lo que se le viene encima?

R. Sí. Lo estoy empezando a asimilar. Pero tengo 19 años y soy una esponja. Aunque estoy un poco asustada. Cuando vuelvo a casa, con mis amigas, soy la misma de siempre, pero tengo la sensación de vivir en dos mundos diferentes.

P. ¿Y ya le interesaba antes el mundo de la moda?

R. No. Allí en Jaén no hay posibilidades de dedicarse profesionalmente a ello. Aunque sí que compraba revistas de tendencias.

P. No había subido ni a un tren en su vida, y en un mes ya estaba volando a Milán para desfilar para una firma de complementos. ¿No le da vértigo ese salto?

R. Para mí el salto fue cuando vi mi foto en la fachada de unos grandes almacenes. Ahora me falta algo de cultura. Seguir las noticias, saber responder quién es mi escritor favorito... Pero sé desenvolverme entre la gente.

P. ¿Y quiere seguir con sus estudios de Administración y Finanzas?

R. A mí me gusta eso, pero me han dicho que no lo puedo compaginar con esta carrera. Igual algo de turismo, de idiomas... No quiero centrarme sólo en esto, porque si un día no tengo trabajo...

P. De los diseñadores que han prestado sus creaciones para el concurso, ¿cuáles le han gustado más?

R. Adolfo Domínguez es mi favorito, y Juanjo Oliva.

P. ¿Qué le parece el nivel de exigencia de los profesores del concurso? Se les ha cuestionado por su excesiva dureza.

R. A mí me ha parecido muy bien su actitud con nosotras. A veces se han podido pasar en el modo de decir las cosas, pero con esa exigencia es como aprendes.

P. Ellos responden que les hacían un favor, que la profesión es más dura de lo que se vio en la academia de Supermodelo.

R. Creo que no, y ojalá sea así. En un casting me podrán descartar entre 200 chicas, pero no me van a insultar.

P. ¿Cuáles considera sus puntos débiles?

R. Judit Mascó [presentadora del programa] me dijo que no tenía ninguna asignatura en la que fuera débil. Me cuesta sonreír al fotógrafo, porque mi sonrisa no es bonita, no me gustan mis dientes. Me sale una sonrisa falsa. Y la pasarela no la temo; disfruto.

P. ¿Algún consejo para las posibles concursantes de Supermodelo 2007?

R. Si el reality show se vuelve a hacer como este año, les aconsejo que sean ellas mismas, y que lo disfruten.

P. ¿Qué es lo que más le ha costado?

R. Adaptarme al ritmo, porque duermo mucho.

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