De la inadaptación a los celos
¿Por qué los futbolistas italianos que llegan a España o los futbolistas españoles que llegan a Italia tienen tantas dificultades de adaptación? El cambio de jugadores entre Italia y España y al revés no ha sido positivo en los últimos años con algunas excepciones. En el pasado, en los 60, la cosa fue diferente para los españoles que llegaron a Italia. Todos alcanzaron grandes éxitos. El mejor fue Luis Suárez, líder del Inter, pero Luis del Sol (Juventus), Joaquín Peiró (Torino e Inter) y Juan Santisteban (Venecia) consiguieron también prestigio. En los últimos diez, sin embargo, muchos españoles llegaron a Italia, pero con resultados diferentes. Recuerdo algunos de los más famosos, como Mendieta, un fichaje de 40 millones de euros que jugó casi sólo como reserva; De la Peña, José Mari, Javi Moreno, Helguera y Farinós. Todos fracasaron o jugaron a un nivel bajo. También muchos italianos en el mismo periodo llegaron a España con poca suerte e insuficientes resultados. Recordamos algunos, como Torrisi, Serena, Venturin, Doni, Potenza, Iuliano, Albertini y Maresca. Y también extranjeros que jugaban en Italia, como Jugovic, Chamot o Davids. El único que tuvo éxito y ganó también el pichichi fue Vieri, en la temporada 1997-98, con el Atlético de Madrid, pero volvió rápidamente a Italia por nostalgia.
La integración de los italianos es complicada, porque, entre otras causas, ni el Barça ni el Madrid están a tope
Esta temporada han llegado a España desde Italia cuatro jugadores importantes, buenos y famosos como Cannavaro y Emerson, al Madrid, y Zambrotta y Thuram, al Barça. Los cuatro debían ser cracks. Hasta ahora ninguno está jugando a su nivel y casi todos están traicionando las expectativas. ¿Por qué pasa eso? No puede ser por casualidad. Son demasiados casos.
Evaluemos la situación intentando comprender las causas. Quizá el idioma diferente podría ser una dificultad. Pero los idiomas son bastante iguales y los jugadores aprenden con rapidez. Quizá la cultura y la mentalidad son diferentes y la historia política y social distintas. Hay algunas diferencias, pero no tan grandes y los dos países tienen un montón de cosas en común. Quizá el tiempo meteorológico o la alimentación. Pero también en estos casos son dos países similares. Ambos tienen casi siempre sol, buen tiempo y buena cocina.
Creo, por lo tanto, que los mayores problemas son los siguientes. Primero, la calidad de los jugadores italianos que llegaron en el pasado, algunos ya viejos y otros de un nivel normal, excepto los últimos, que están sufriendo el después del Mundial, en el que Zambrotta, Cannavaro y Thuram jugaron la final gastando un montón de energías físicas y mentales. Segundo, una capacidad de adaptación al ambiente no óptima. Los jugadores italianos no están acostumbrados a ir al extranjero y pueden sufrir nostalgia, aunque viven en un país magnífico y similar. Tercero, unos posibles celos de los jugadores hacia los últimos que han llegado, que no ayudan a una inserción rápida a nivel psicológico. Cuarto, un cambio de juego, mentalidad deportiva y de equipo. En España se juega un fútbol diferente, en el que la posesión del balón, jugar al ataque, al toque, con pocos lanzamientos largos, pocos contragolpes, jugando siempre con alegría, son elementos imprescindibles. En Italia se juega más en la defensa, se marca más y con más atención. A nivel táctico, están muy atentos, intentan arriesgarse el mínimo atacando con pocos y defendiendo con muchos.
También el cambio de compañeros con ideas y costumbres diferentes puede ser ahora un problema. Al final, una forma no óptima de los dos equipos. Ni el Barça ni el Madrid están a tope y, por lo tanto, la integración es más complicada y difícil.
Pienso que en el futuro los cuatro recién llegados tendrán éxito porque son jugadores de gran nivel y grandes profesionales. Hay que recordar que el equipo mejora la calidad del individuo y será importante el nivel de juego y de organización que los dos clubes tengan con el fin de ayudar a la inserción de los italianos.
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