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Reportaje:FIN DE SEMANA

Cuatro secretos rondeños

Fragancias de jazmín en un palacete nazarí y otros espacios lúdicos

Ronda se esmera en ser algo más que toros y bandoleros, reinventándose constantemente a sí misma. Su ubicación privilegiada, su atractivo patrimonio y los numerosos premios recibidos gracias a su gestión urbanística no le hacen dormirse en los laureles. A pesar de sus escasos 37.000 habitantes, es la tercera ciudad más visitada de Andalucía tras Sevilla y Granada. Ello la obliga a renovar su oferta, ampliar su infraestructura y recuperar su rico legado artístico.

1. Convento de Santo Domingo

Ha sido el último en sumarse a la renovación y abrir sus puertas al público. La rehabilitación corrió a cargo del arquitecto Rafael Martín Delgado, y está situado en un punto inmejorable: el Puente Nuevo, el eje más frecuentado de la ciudad. Desde sus ventanales la vista se solaza en las ondulaciones de la sierra y las honduras húmedas del Tajo. Este sobrio y gran edificio fue mandado construir por los Reyes Católicos y cedido más tarde a los dominicos. Después albergó los siniestros tribunales de la Santa Inquisición. Tal vez por ello, en este complejo, convertido hoy en centro cultural y de congresos, se dice que merodea la sombra de ciertos fantasmas inquietos. Así por lo menos lo aseguran algunos de sus vigilantes nocturnos.

De la construcción original no queda sino la iglesia, sencilla y de factura en piedra, que da a la calle de Santo Domingo y queda por restaurar. Está rematada por un bello artesonado mudéjar policromado y muestra restos de frescos del siglo XVII. Por lo demás, el claustro es el núcleo principal, y acoge a los visitantes desde sus bellas arcadas renacentistas.

- Calle de Armiñan, 1. Ronda. Entrada gratuita.

2. Museo Peinado

La plaza del Gigante, en pleno casco histórico, aúna un buen número de edificios singulares. Uno de ellos es el palacio de los marqueses de Moctezuma, herederos del último emperador azteca, Moctezuma II, y hoy convertido en Museo Peinado. Joaquín Peinado fue un pintor malagueño nacido en 1889 y establecido en París en 1923, cuya obra está fuertemente impregnada de las influencias de Cézanne y Picasso. De hecho, fue uno de los principales exponentes de la Escuela Española de París. La pintura de Peinado es sobria en color y materia, elegante, con trazo seguro y riguroso que acota los contornos sin ambigüedades. Las acuarelas, tintas aguadas y óleos sobre tela componen mayoritariamente una obra que coquetea con el deconstructivismo que desembocaría en la abstracción. La variedad es la nota dominante: desde aquellos dibujos eróticos impensables en la España de entonces, hasta sus paisajes marítimos desdibujados, sus bodegones neocubistas o su brillante autorretrato de 1972. Al interés de la colección permanente se une el propio edificio, propiedad de Unicaja Ronda, con dos patios acogedores, y amplios espacios diáfanos para muestras temporales.

Museo Peinado. (952 87 15 85; www.museojoaquinpeinado.com). Plaza del Gigante, s/n. Ronda. Entrada: 3 euros.

3. Tragabuches

El restaurante Tragabuches toma su nombre del célebre banderillero del siglo XIX que se echó al monte convertido en bandolero tras matar a su mujer y a su amante, a la sazón, sacristán. Es el buque insignia del buen comer rondeño, y uno de los más reconocidos restaurantes actuales (tiene una estrella Michelin). Abierto hace ya siete años, fue Sergio López quien, heredero de la maña de Manuel de la Osa (Las Rejas, en Las Pedroñeras), obtuvo la cotizada estrella que luego supieron mantener sucesivamente Daniel García y Benito Gómez, el actual jefe de cocina desde 2004. Estos saltos culinarios no sólo no han supuesto altibajos para el restaurante, sino que han servido para consolidar su fama. Benito Gómez, el actual mago de las sartenes, avala su solidez y su técnica con una formación al amparo de El Bulli, Las Rejas y Jean-Luc Figueras.

Nadie diría que tras la austera fachada de esta casa tradicional se abra un interiorismo tan moderno, a cargo de los arquitectos Paco Retamero y Flavio Salesi con el toque decorativo de Lola Jiménez. La primera sala conforma un ambiente cálido en el que el ladrillo y la cubierta originales se combinan con el acero de los tubos de extracción. Un largo corredor conduce a un salón luminoso y sereno con grandes ventanales a un jardín, de tonos blancos y negros caldeados con madera y un techo abovedado en barro.La comida aporta el resto de los contrastes con sus sabores rotundos y especiados, sin por ello renunciar a los productos estacionales y las delicias biológicas. Abundan las emulsiones y espumas, y predominan los sabores marinos. Algunas combinaciones demuestran el genio de Benito Gómez. Sobresalientes la concha viva malagueña con espuma de cítricos y un punzante toque de jengibre, la mezcla de setas con avellanas que encierra todo el aroma del bosque, la emulsión de patatas con cresta de gallo de textura voluptuosa, la vieira con anisados o la lubina con collvert ahumado.

- Tragabuches (952 19 02 91). José Aparicio, 1. Menús degustación por 64 y 74 euros.

4. La Ronda musulmana

La impronta islámica de Ronda es innegable, tanto en su sinuoso urbanismo como en sus numerosos restos arquitectónicos y arqueológicos. Conquistada por los musulmanes en 713, fue la capital de la kora o provincia de Takuruna, y una importante taifa bereber en el siglo XI bajo el reinado de los Banu Ifran. Después pasó a ser dominio de los meriníes de Maruecos, y formó parte del reino nazarí hasta su conquista por los Reyes Católicos en 1489. Ello le presta su inconfundible aspecto secreto, su amor por el jardín y sus casas en torno a un patio.

De época andalusí se ha conservado parte de las murallas y de las puertas, como la del Almocábar y la de la Xíjara. También el mihrab, o nicho de oración de la antigua mezquita grande, hoy oculta bajo la estructura de la iglesia de Santa María la Mayor. De estilo nazarí, está decorado con atauriques en yeso que reproducen motivos florales y epigrafía árabe. Asimismo, permanece el humilde y hermoso alminar en ladrillo de San Sebastián, y los baños árabes, fuera de las murallas, con el horno, estanques y parte de las salas en perfecto estado. Pronto se recuperarán además la torre y la noria de tracción animal que abastecía de agua al conjunto.

La última incorporación de origen musulmán a la oferta turística de la ciudad es la Casa del Gigante (plaza del Gigante, s/n), un palacete de origen nazarí de los siglos XIV y XV, único ejemplar fuera de tierras granadinas. Ha sido recuperado por el arquitecto Ciro de la Torre en 2004, en un estilo que deja patente los paños originales y esquematiza el resto, robando al conjunto parte de su encanto original, aunque su restauración es irreprochable. Conserva las yeserías de las arcadas y del salón principal, una pequeña algorfa y el patio con su estanque y sus parterres rehundidos, para acceder fácilmente a la fragancia de jazmines y azahares que amenizaban las tardes. Pronto podrán visitarse además las murallas del Albacar, que, junto a las puertas del Cristo y el Viento, están siendo restauradas.

GUÍA PRÁCTICA

Dormir

- Hotel Molino (952 16 13 13; www.hotelmolino.es). Molino, 31. Junto al centro, recién estrenadoy acogedor. Habitación doblecon desayuno, 65 euros.- El Juncal (952 16 11 70; www.eljuncal.com). Carretera de Ronda. El Burgo, 1. En las afueras, bonito cortijo con decoración moderna. La doble, 119 euros.- Montelirio (952 87 38 55; www.hotelmontelirio.com). Tenorio, 8. Frente al Tajo, palacete restaurado. Doble con desayuno, 150 euros.

Información

- Oficina de Turismo de Ronda (952 18 71 19; www.turismoderonda.es).

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