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Reportaje:Fútbol | Octava jornada de Liga

"Seremos una guerrilla de primera clase"

Luis César, un técnico admirador de Cruyff, rearma al Nàstic ante la visita del Madrid

Jordi Quixano

La Copa del Mundo de Alemania 74 le marcó de por vida. Más aún cuando vio la semifinal de Holanda contra Brasil y la idea del fútbol total que puso en práctica la naranja mecánica de Johan Cruyff. En su casa, pegado al televisor, Luis César Sampedro, (Vilagarcía de Arousa, Galicia; 1966) descubrió que el fútbol era lo que más le apasionaba y a lo que se iba a dedicar. No cejaría en su intento hasta empaparse tanto de él que le aburriese. Por eso, hace siete años, a nadie le extrañó que, mientras salvaguardaba la portería del Racing de Ferrol, rumiara la idea de colgar los guantes para sentarse en un banquillo. "Siempre me he planteado el porqué de las cosas y siempre he tenido inquietudes futbolísticas. Era lógico que me dedicara a esto", dice. Lleva al Nàstic, club con el que ascendió el curso anterior a Primera después de 56 años. Hoy se mide al Madrid.

"A Van Nistelrooy hay que ponerle un 'hombre lapa', porque bola que tiene bola que mete"

Su infancia, entre pósters de Cruyff y Ángel Nieto, cambió tras aquel Mundial. No había tarde en la que no se acercara al campo municipal de su pueblo para ver entrenarse a los chicos mayores y hacer de recogepelotas. Amante de la portería, si le probaban sus reflejos, mejor que mejor. Se hizo mayor y, tras defender el marco del Vilagarcía de Arousa, llegó a Segunda B con el Ferrol. Ahí conoció a Fernando Vázquez. "Recuerdo con gran afecto las charlas de fútbol que manteníamos", asegura. No hay cosa que le guste más.

Con el Nàstic, después de doce fichajes estivales y de mucho pensárselo, optó por el dibujo táctico del 4-2-3-1. "Sé que lo practica el 95% de los entrenadores. Es una táctica universal porque se busca la ocupación racional del campo. Pero lo importante no es el sistema, sino el estilo", sostiene. Y amplía: "Nosotros debemos ser los más ambiciosos, sacrificados y perserverantes. Somos el equipo pobre de la categoría y a aplicados no nos puede ganar nadie". Para ello, repite y empalaga a los jugadores con su frase de cabecera: "Un equipo estirado es un mal equipo. Uno compacto puede ser bueno". Y desmenuza sus líneas: "Los laterales tienen que subir, pero su función es defender. La zaga tiene que estar equilibrada con el resto del equipo. Los medios centro deben llevar el ritmo del partido. Los extremos tienen que ser impredecibles para poder hacer daño. Y el delantero, si la pelota está lejos de la portería, tiene que ayudar a subirla, o, si está cerca, rematarla". Y sentencia: "Si hacemos todo esto, igual ganamos al Madrid".

El conjunto de Fabio Capello, reverdecido en la última semana tras ganar al Barça, es un duro hueso de roer: "Vencerles es muy complicado porque siempre te salen con detalles individuales. Tenemos que hacerlo todo muy bien y ellos todo muy mal. Estoy seguro de que seremos una guerrilla de primera clase". Y añade: "Ahora son Robinho y Raúl los que están un poco más de moda, pero en Bucarest marcó Ramos a la salida de un córner y lo mismo hizo el otro día Diarra. Todos juegan de maravilla, pero lo que tengo claro es que a Van Nistelrooy hay que ponerle un hombre lapa porque bola que tiene bola que mete". En su equipo, sin embargo, no estará Portillo, vetado por un asunto contractual con el Madrid. "La semana pasada, ante el Sevilla, no jugó Makukula. Y ahora, Portillo. Ya es mala suerte", se lamenta. Pero apostilla: "A los míos les pediré que no jueguen mediatizados; que por muchas estrellas que tengan delante, deben tratar de imponer su juego". Aficionado al paddle y estudiante de inglés, Luis César y su Nàstic prueban al Madrid.

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