Los jurados de Ségolène

Ségolène Royal, uno de los tres aspirantes socialistas a candidatos al Elíseo, se ha venido mostrando como una firme partidaria de la democracia participativa y deliberativa, como complemento a la representativa. Pero su última ocurrencia ha generado un aluvión de críticas desde la derecha y su propio Partido Socialista. Se trata nada menos de que unos "jurados populares", con integrantes nombrados por sorteo, vigilen a mitad de mandato la labor de los cargos electos.

Al historiador conservador Max Gallo la idea le recuerda la Revolución Cultural de Mao y sus excesos. Chávez introdujo la posibilidad de referendos, no juicios revocatorios a mitad de mandato (y él mismo tuvo que superar uno). En todo caso, no resulta una idea afortunada, y menos de una candidata que hasta ahora no había destacado por propuestas rompedoras.

Royal ha matizado que no se trataba de revocar a nadie a mitad de mandato, sino de ver lo que se podría mejorar en su gestión. Eso sí, no llegó a proponer someter la labor de la presidenta de la República a tal escrutinio, si ella llegase a ocupar el cargo. Al menos, ya hay fecha para las elecciones presidenciales del año próximo: el 22 de abril para la primera vuelta y el 6 de mayo para la segunda, mientras las legislativas serían el 10 y 17 de junio. Son unas elecciones que importan no sólo a Francia sino al conjunto de Europa, tras el no de los franceses a la Constitución Europea. Tanto que preocupan estas ocurrencias de una persona que tiene grandes posibilidades de ser candidata si así lo deciden las primarias socialistas y los franceses en democracia que no debe dejar de ser representativa y en la que el juicio político decisivo a los electos lo hacen los electores en los siguientes comicios.