"Aquí también se hace política"
300 jóvenes reclaman con una 'bicicletada' y una concentración en Sol medidas contra la especulación y viviendas asequibles
En un día en el que los escándalos urbanísticos llenaron las páginas de los periódicos un poco más de lo habitual, unos 300 jóvenes quisieron dejar claro que están hartos de la especulación inmobiliaria y de su hermana gemela, la carestía de la vivienda. Unos 50 de ellos protestaron montados en sus bicicletas desde Nuevos Ministerios hasta Sol, donde les esperaban tres centenares de manifestantes que gritaban sus consignas al ritmo de la cantante Amparanoia, subida en un camión que hacía de escenario.
Los más preparados llegaron con su kit lúdico-reivindicativo a las siete de la tarde: bici, traje de presidiario con rayas blancas y negras y haciendo sonar sus silbatos, que quizá podía oír María Antonia Trujillo desde su despacho de ministra de Vivienda, no muy lejos de la protesta.
La bicicletada había sido convocada por nueve organizaciones, entre las que están los jóvenes de IU, de CC OO y la Plataforma por una Vivienda Digna. Un camión marchaba en la cabecera, desde el que salía la música que animaba a los ciclistas: una canción que cambiaba el famoso En tu fiesta me colé de Mecano por una rima adaptada a los nuevos tiempos: No me lo pensé y en Marbella me planté. Otra canción, El rap de la gente normal, auguraba malos tiempos para los hipotecados cuando explote la burbuja inmobiliaria
Durante el trayecto, todas las instituciones se ganaban sus cánticos customizados. Del "Ministra de Vivienda, no hay quien te entienda" se pasaba al "Queremos un pisito como el principito" cuando enfilaban el Palacio Real para terminar con un "Espe, Espe, Espe... Especulación" en la Puerta del Sol, sede del Gobierno regional.
En una comunidad en la que los que tienen entre 18 y 34 años jóvenes dedican el 70% de su sueldo a la compra de una casa, dos alcaldes socialistas ingresan en un banco de Andorra 917.000 euros. En la misma región, donde los jóvenes tienen que ahorrar durante 15 años para conseguir un techo, un concejal, esta vez del PP, dice: "De los 30.000 millones yo quiero mi 11%. Tú me das la pasta y yo me piro". Contra esta situación protestaban los que, a pesar de la lluvia caída durante todo el día, se acercaron a Sol. "Estamos indignados con los escándalos urbanísticos; esto hace que perdamos la confianza en los partidos, pero no en la política. Estar aquí hoy también es hacer política", comentaba Erik, un estudiante de 23 años que paga la "barbaridad" de 350 euros por una habitación -"un cubículo", matiza- en la capital.
Armonía, "becaria precaria" tiene más suerte. Ella y su compañera de piso pagan 400 euros por su piso de Lavapiés. "Tengo suerte porque mi casera no sube el alquiler; pero el día que lo haga me tendré que ir de Madrid", explica.
Y todavía más suerte que Armonía tienen a los que les tocó un piso de alquiler en Móstoles a través de en un sorteo de la Comunidad. La mala pata llegó cuando les comunicaron que habían sido incluidos en la rifa por error porque no cumplían los requisitos. Ayer también se manifestaron en Sol para exigir una solución. La única que aceptarían: que les devuelvan su vivienda.
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