La Iglesia promueve la creación de una red mundial de televisiones católicas

El cardenal y arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco, destacó ayer el papel que el "prodigioso instrumento" de la televisión puede suponer para "contrarrestar y superar la falsedad y la ambigüedad informativa y de opinión" respecto a la fe y la Iglesia católicas. Rouco encabezó, junto al presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales de la Santa Sede, John P. Foley, la apertura del I Congreso Mundial de Televisiones Católicas, que reúne a las afueras de Madrid, hasta mañana, a 250 representantes de cadenas y productoras de 48 países.

Rouco reconoció en su discurso que una televisión "cristiana es prácticamente inviable empresarial y profesionalmente" sin el "soporte de la Iglesia", y animó a la "constitución de una red mundial de televisiones católicas". Rouco propuso "articular un sistema de relaciones mutuas y cooperación económico-financiera, técnica y pastoral" entre las cadenas católicas repartidas por todo el mundo. La italiana Silvia Costantini defendió en una de las ponencias la creación de un "banco de programas" para el intercambio gratuito de formatos entre las emisoras.

Foley, por su parte, animó a cooperar a los congresistas: "No podemos, en el momento mediático que vivimos, estar aislados", sostuvo, ya que esta actitud "debilita la voz" de la Iglesia. Foley también reclamó "creatividad" a la hora de diseñar contenidos para televisión.

Entre las cadenas con mayor difusión presentes en el encuentro destacan la brasileña Cançao Nova y la estadounidense EWTN. La primera transmite su mensaje a través de televisión, radio, prensa e Internet. EWTN (Ethernal World Television Network) emite por cable las 24 horas del día para 127 países y es también un conglomerado multimedia. En España, la más importante es Popular TV, en la que participa con un 51% la Conferencia Episcopal Española. Popular TV es una red de televisiones locales presente prácticamente en todo el país con una programación generalista.

Tras la apertura, una delegación del congreso se trasladó hasta el palacio de la Zarzuela para saludar a los príncipes de Asturias. Letizia Ortiz es la presidenta de honor de este encuentro.