El lío de los motores

El asunto de los motores se ha convertido en un auténtico lío en el Gran Premio de China de fórmula 1 que se disputará el próximo domingo en Shanghai. Hace ya algunas semanas que las escuderías y la Federación Internacional del Automóvil (FIA) firmaron un acuerdo para frenar los elevados costes que supone el desarrollo de los motores y establecieron que durante los próximos cuatro años debería utilizarse básicamente el mismo propulsor que en las últimas carreras del campeonato de este año. La norma que se fijó en concreto establecía que el motor que finalizara su ciclo de dos carreras en China o en Japón quedaría sellado en la FIA y no podría modificarse en su estructura básica desde 2007 a 2010.

Sólo los ingenieros de motores tienen claras las normas que rigen, pero los mismos equipos que firmaron los acuerdos comienzan a recelar de sus propias decisiones. El tema tiene miga, porque Renault, por ejemplo, ha debido dar marcha atrás en su última evolución del propulsor que dejó tirado a Fernando Alonso en Monza y a Fisichella dos veces más en los últimos entrenamientos de Jerez, y ha decidido recuperar varias piezas fundamentales del motor antiguo que tanta fiabilidad les había proporcionado en este campeonato. Lo que plantea un problema es que será este motor el que quedará homologado y sellado en la FIA y permanecerá intocable en sus partes fundamentales durante los próximos cuatro años. Tampoco en Ferrari están para tocar campanas, porque justo ayer tuvo que cambiar el motor de Felipe Massa, lo que no sólo relegará al segundo piloto de Maranello 10 plazas en la parrilla sino que les crea algunas dudas sobre la fiabilidad de su propulsor en las próximas campañas. Y en McLaren sellarán un motor que no les ha proporcionado ninguna victoria en toda la temporada. Los constructores tienen previsto reunirse próximamente para revisar los acuerdos.

"Es cierto que tuvimos que cambiar los pistones, las bielas y algunos otros elementos de nuestra última evolución del motor tras comprobar que habíamos perdido fiabilidad", concedió ayer Dennis Chevrier, responsable de motores de Renault. "Pero la pérdida de potencia no es importante y, en cambio, creemos haber resuelto los problemas. Presentaremos este motor a la FIA y deberá servirnos durante los próximos cuatro años. Pero no estamos preocupados, porque es un buen propulsor y estamos al nivel de Ferrari".

Las normas actuales indican que el motor sellado en la FIA podrá, sin embargo, adaptarse al régimen de revoluciones por minuto que queda establecido en 19.000. "Podremos tocar las medidas de las válvulas, los pistones, las cámaras de combustión, los conductos de admisión y de escape, los colectores y también los elementos de fijación del motgor a la caja de cambios y al chasis", agrega Chevrier.

El resto, no. Pero la FIA deja abierta la posibilidad de realizar incluso cambios más profundos si con ello se consigue mejorar la fiabilidad o abaratar los costes. En este caso, los equipos deberán presentar un detallado dosier de los cambios que pretenden a la FIA antes del 15 de diciembre. Y si son aprobados, el nuevo motor deberá ser presentado y sellado antes del 1 de marzo de 2007. "Durante la temporada no podrá tocarse ninguna de las piezas selladas por la FIA", concluye Chevrier.

Mientras tanto, en Shanghai Michael Schumacher y Fernando Alonso prosiguen su batalla por el título. El español tiene aún una ventaja de dos puntos en la clasificación del mundial y quedan tres pruebas por disputar. "No tener a Massa por delante en la parrilla es una ventaja", indicó ayer Alonso, que ha entrado en la directiva de la Asociación de Pilotos (GPDA). Schumacher pierde a su mejor aliado.