El niño mimado de la hinchada
La lesión de Eto'o sitúa a Saviola como segundo delantero del Barça, por detrás de Gudjohnsen
Javier Saviola (Buenos Aires, 1981) es una de las novedades en la lista de convocados por Rijkaard para el partido de hoy en Bilbao. El pibito se sentará seguramente en el banquillo de San Mamés en tanto que segundo delantero del Barça. Ausente Eto'o, el número uno es ahora Gudjohnsen y, consecuentemente, por vez primera el islandés se sentirá titular. No es un problema para Saviola, que aguardará su momento con la misma paciencia que esperó su reaparición, el pasado domingo, en el Camp Nou, durante el último tramo del partido contra el Valencia, después de 854 días de haber disputado el último encuentro con el Barcelona en La Romareda. Los misterios del fútbol, los mismos que en su día jugaron en contra de su permanencia en el Barça, están ahora de su parte, y la hinchada bien que lo celebra y jalea como revulsivo ante la desazón que ha provocado la lesión de Eto'o.
Así ha sido siempre en la vida de Saviola como azulgrana. El conejo es un futbolista que pertenece a la afición más que al club o al equipo porque los entrenadores siempre le han dado una y mil vueltas a su alineación por más goles que haya marcado y los directivos le han mirado malamente por los contratos de fábula que ha sabido garantizar su abogado Cabrera Brizuela. Algunos le tienen por un jugador tan generoso en el vestuario como autista en la cancha. A Saviola le cuesta asociarse, combinar, intercambiar la posición. Incluso parece como si no le interesara el juego. A la que pilla la pelota, agacha la cabeza y enfila la línea más recta hacia la porteria. Le avala el instinto de goleador, y puesto que los números le dan la razón, los aficionados le miman, convencidos de que tiene su mérito meter tantos goles siendo tan menudo y frágil, huérfano de padre como se quedó al poco de llegar a Barcelona, dispuesto a defender la zamarra azulgrana en un momento de gran confusión barcelonista.
El pibito se cansó el pasado verano de dar vueltas, de ir a Mónaco y a Sevilla, y se plantó ante el Barça, que pretendía traspasarle de una vez o negociar una cesión ventajosa, después que lostécnicos le consideraran de nuevo un delantero prescindible: "Me quedo en el Camp Nou. La temporada es larga y estoy seguro de que tendré mis oportunidades". Y ahí está, con un contrato de tres millones netos, y la posibilidad de negociar su futuro desde enero porque su contrato vence en junio, circunstancia que ha provocado multitud de especulaciones en el sentido de si no tiene firmado ya un acuerdo con otro club para el próximo curso. Apostó fuerte Saviola y las cosas le están saliendo a pedir de boca porque Rijkaard nunca fue sectario sino que le ha dado bola desde que decidió quedarse en el Barcelona.
Amigo de Xavi, Saviola se ha ganado el respeto del entrenador y de sus compañeros. "Es un jugadorazo", afirmó Messi. "Es uno más de la plantilla, un gran compañero, y nos puede ayudar mucho", corroboró el capitán Puyol. Y ni Giuly ni Gudjohnsen se quejaron el domingo por quedarse en el banquillo. "Tiene gol", subraya Rijkaard. "Yo nunca dije que no iba a jugar ni un minuto. Ha trabajado bien con el equipo, se ha ido preparando para cuando llegara su momento y ha tenido una buena actitud. Aunque se ha dramatizado y escrito mucho sobre él, siempre le traté como uno más porque se lo merece y se lleva bien con sus compañeros. Es una cuestión de sentido común".
Delantero ratonil, juega siempre en corto, le agrada actuar de segunda punta, más bien centrado, alejado de las bandas, y ejecuta la jugada con una velocidad estimable. Futbolista deficitario tácticamente, le encanta que le busquen, improvisa mucho y resulta tan imprevisible como oportunista. Saviola funciona estupendamente como agitador, de manera que le ha llegado la hora en buen momento. A buen seguro que ayer mostró sus dientes de conejo cuando leyó en la pizarra del vestuario: "¡Adelante, seguid ganando! Vuelvo pronto". Firmado Samuel Eto'o. El delantero camerunés había encargado a su amigo Alejandro Echevarría que invitara a la plantilla a un desayuno con cava y jabugo y les diera las gracias por todo su apoyo.
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