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Reportaje:

Lamikiz, a los pies de los leones

El presidente del Athletic sopesa su dimisión por la crisis del club

"El día que el Athletic pierda la diferencia, se acabó". La frase corresponde a un jugador de hace varias décadas y, contra lo que podría parecer, no se refería al cambio de filosofía del club (jugadores nacidos o criados en Euskadi), sino a la escala de valores de la entidad tanto en lo deportivo como en lo institucional. Y en los últimos años se ha producido cierto descrédito social y, sobre todo, cierta despersonalización del club, más allá de su filosofía deportiva.

Los 20.000 aficionados que clamaron el domingo, en San Mamés, contra el presidente, Fernando Lamikiz, no lo hacían por una inquina personal (muchos de ellos fueron sus votantes hace tres años), sino por la degeneración de ese proyecto, agudizado con su presencia al frente de la entidad.

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Lamikiz se reunió ayer en junta extraordinaria con sus directivos debatiendo las medidas a adoptar ante la flagrante crisis del club. No se descartaba nada, sobre todo a diez días de la asamblea ordinaria de socios compromisarios que debe validar o no el balance anterior y el presupuesto de la presente campaña. Los rumores inundaron la capital vizcaína. Incluso por la mañana se aventuraba la dimisión de Lamikiz, pero la reunión se prolongó sin resultados concretos.

Los gritos contra él, no obstante, han hecho mella en Lamikiz, que pretendía ser el adalid del optimismo rojiblanco y de la grandeza del Athletic. Populista como ninguno de sus antecesores, se ha visto ahora envuelto en una polémica que le apunta por encima del entrenador, Félix Sarriugarte.

Lamikiz supo perder frente al difunto Uría en 2001 con una deportividad indiscutible. Después inició una recapacitación que le invitaba a plantearse serenamente el futuro de la entidad. Cuando ganó las elecciones, en septiembre de 2004, olvidó todo lo pensado y su carrera arrastró al club a la monotonía del resto: acusaciones de prevaricación en apoyo de empresas de sus directivos, obsesión por la ejecución de avales de la anterior directiva, ineptitudes de gestión en el caso Zubiaurre o el de la publicidad en la camiseta (a pesar de su condición de abogado, supuestamente de prestigio), vociferios varios en el caso Gurpegui que, lejos de buscar soluciones, las impedían, implicación de su bufete en el tratamiento del mismo...

Deportivamente, los mensajes no han sido más positivos. A Lamikiz nunca le cayó bien Ernesto Valverde por heredarlo de los anteriores dirigentes y parecerle poco mediático. Sin embargo, desde que Valverde, harto, dijo "no", se ha empeñado en encontrar un Valverde propio que pasear a los ojos de los aficionados. Lo intentó con Mendilibar y le duró diez jornadas; luego, apeló a Clemente, jaleado por anteriores dirigentes de la entidad (entre otras cosas, hilvanaron su campaña electoral), se deshizo de él por competidor y volvió a apostar por un joven valor, Sarriugarte, como nuevo bálsamo al efecto Valverde. En cierto modo, imitó al Madrid, tras Del Bosque, pero a la inversa.

En el fondo, el presidente actual del Athletic vive preso de dos obsesiones del pasado: los anteriores (Uría, fallecido, y Ugartetxe) y Valverde. Entre todos le dejaron un club en la Copa de la UEFA y su gestión personalizada se ha saldado con un salvamento in extremis del descenso y un asomo de miedo absoluto en la presente temporada.

San Mamés se rebeló el domingo contra un presidente acosado por la pérdida de imagen deportiva, moral e institucional. La crisis es absoluta y la situación deportiva sólo la incrementa. San Mamés sólo aguantó dos partidos para exteriorizar su disconformidad. El problema no es tanto de apresuramiento como de continuidad. En realidad, para la junta directiva no era el tercer partido, sino la continuidad de la temporada anterior. Para colmo, la no renovación de Clemente le ha restado apoyos entre sus votantes.

Deportivamente, el proyecto ha perdido crédito. La creación de una comisión deportiva, en la que se integra el entrenador, asoma dudas sobre la capacidad de Sarriugarte en la toma de decisiones. En la comisión figuran directivos, dirigentes deportivos, médicos y preparadores y no se ha explicado suficientemente hasta dónde llegan las competencias de cada uno. Lo cierto es que, a fecha de hoy, el Athletic no sabe a qué juega, ni con quién juega y en qué se diferencia de los demás. Y el público, entregado la pasada campaña, ha agotado su paciencia. Como en el resto de los clubes.

Fernando Lamikiz podría estar viviendo sus últimos días al frente del Athletic.
Fernando Lamikiz podría estar viviendo sus últimos días al frente del Athletic.TXETXU BERRUEZO

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