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Reportaje:MÚSICA

Aquí estamos ahora

El Centro para la Difusión de la Música Contemporánea (CDMC) ha tenido una temporada de ensueño. Llenos cada lunes en el auditorio del Museo Reina Sofía para escuchar muchos estrenos, programas monográficos, homenajes y hasta sesiones abiertas a otros horizontes de lo moderno, como la que protagonizara el Cuarteto Kronos. El Festival de Alicante es, en cierta medida, su otra cara, esa en la que se vuelca desde hace veintidós años y que pretende la reflexión continuada y abierta sobre lo que sucede en la creación de hoy. Un festival cuya continuidad y crecimiento han corrido paralelos a las etapas que han llevado a la composición española a convertirse en esa realidad magnífica en la que tanto ha tenido que ver.

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Una mirada a los clásicos

Este año el lema del festival es Luces de posición, es decir, lo que indica dónde estamos. Una mirada al presente para orientarnos mejor ahora que estamos tan seguros de nosotros mismos. Empieza el viernes 20 con un programa que incluye siete estrenos absolutos -obras de Hurtado, Solare, Mariné, Carro, Manchado, García Laborda y Zabala- a cargo de la soprano María José Sánchez y la mezzo Elena Montaña. No son los únicos, pues el día siguiente la Camerata de Madrid, dirigida por Pascual Osa, hace lo propio con piezas de Medina, De la Cruz e Israel David Martínez. El día 25 entra en juego la electrónica -el LIEM con el estupendo flautista Julián Elvira- con la première de obras de Eduardo Polonio y Gregorio Jiménez. Por la noche le tocará el turno otra vez a Marisa Manchado y su Rinascita a cargo del Cuarteto Vertavo -noruego y sólo mujeres-, mientras, el 28, en uno de los dos programas dedicados a la creación específica para la radio, se ofrecerá una obra nueva del siempre inquieto Alberto García Demestres. Antes, el día 26 por la mañana, se habrá presentado The snake project, de Sheila Concari, con la que su autora ganó el XIII Concurso de Obras de Creación Radiofónica creado por el CDMC y Radio Nacional de España.

Siguiendo con los estrenos, el día 29 María Alvear, una compositora española residente en Alemania, traerá, de la mano del Klang Art de Berlín, su Gran Sol alto. En el concierto de clausura, el día 30, llegará César Camarero y sus Instrucciones para dejarse caer al otro lado del vacío, con coreografía de Chevi Muraday en una fusión de música y danza a cargo de la Academia de Música Contemporánea de la Joven Orquesta Nacional de España, que dirigirá Fabián Panisello, y la Compañía Nacional de Danza 2, responsabilidad de Nacho Duato y cuya presencia abre una nueva veta a explotar en el futuro en Alicante.

Otra de las obligaciones habituales del festival es dar a conocer en España obras nuevas del panorama internacional. Este año la parte del león se la lleva el concierto a cargo del Octeto Ibérico de Violonchelos, la formación fundada en Holanda y dirigida por Elías Arizcuren y que tiene en su haber, entre otras cosas, la creación de un repertorio propio tan extenso como importante. En su concierto del día 23 tocarán The Dancing Sun, de Sofia Gubaidulina, y Stabat Mater, de Mario Lavista -las dos por vez primera entre nosotros-, junto a Requiem for Adam, del minimalista sui géneris Terry Riley, y Ossetian Requiem, de Ivan Moody, un londinense discípulo de John Tavener, muy de temer por aquello de las influencias, y que no es fácil que haga buena figura al lado de tres pesos pesados como los que lleva como compañeros de programa. El miércoles 27, el Ensemble NVL estrenará en España Gdadroja, del palestino Sami Odeh Tamini, en un concierto que responde al título de On a foggy day, guiño indudable a la canción de George Gershwin que cantara, entre otros, un Frank Sinatra jovencito.

Ojo al concierto del día 22

con el Grup Instrumental de Valencia -fundamental en la vitalidad de nuestra música y Premio Nacional este año- que negociará una sesión llena de atractivo: Mito, de David del Puerto; la Sinfonía nº 1 de Joan Cervelló -su director-, y Arena II, de Magnus Lindberg, uno de los iconos de su generación. Hay bastante música nórdica este año. Además de la de Lindberg -y seguramente menos interesante- aparece un programa denominado Luces del Báltico -el día 24 y con la Orquesta de Cámara San Cristóforo de Vilnius dirigida por Alexis Soriano- en el que, junto al insufrible Arvo Pärt y su inevitable Fratres, se nos ofrecerán obras de Narbutaite y Serksnyte, ojalá lejos de la influencia de aquél. El Vertavo dará el Cuarteto nº 8 del estupendo Per Norgard y Brains and Dancing, de Mikael Edlund -un discípulo de Ingvar Lindholm-, con el complemento siempre brillante del argentino Astor Piazzolla y su Four, for tango. La música inglesa demostrará su vitalidad actual con Los elementos, la enorme pieza para piano de James Dillon que será interpretada por la japonesa Noriko Kawai. Entre los españoles habrá también obras de Jacobo Durán Loriga, Jesús Torres, Alberto Posadas y Jesús Arias Bal.

La orquesta de cámara San Cristóforo de Vilnius.
La orquesta de cámara San Cristóforo de Vilnius.

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