Gran bola cantarina
'LocoRoco' es un ejemplo de cómo hacer las cosas sencillas y divertidas, con gráficos frescos y una capacidad de entretenimiento endiablada
Criaturas redondas se pasean por el escenario de un lado a otro cantando y saltando, sencillo pero muy adictivo. Innovación y diversión son las dos palabras que mejor calificarían LocoRoco, el nuevo juego de Sony Computer Entertaiment para su consola portátil PlayStation Portable. Parece una idea simple, pero encierra en sí misma uno de los títulos más divertidos que se han publicado hasta la fecha para la pequeña de Sony.
El protagonista es una oronda bola redonda; no tiene brazos ni piernas y, por lo tanto, para moverse debe girar sobre sí misma. El elemento sorprendente del juego viene ahora: en vez de que el jugador tenga que girar la bola, lo que deberá hacer es inclinar el escenario. Con 30 grados a la derecha o a la izquierda son suficientes para que la bola se desplace por el paisaje reproducido en dos dimensiones.
'LocoRoco'
Género: Plataformas
Fabricante: SCEE
Distribuye: SCEE
Plataforma: PlayStation Portable
Precio: 49,99 euros
Mayores de 3 años
Internet: http://locoroco.com
Para mover así el entorno es preciso pulsar los gatillos que la consola posee a izquierda y derecha. El pulsador L (para la izquierda) y el R (para la derecha), o si se prefiere LocoRoco. Apretando ambas teclas a la vez, la bola salta. Aunque en principio resulta algo difícil, pronto se le cogerá el truco a tan original manera de moverse.
Otra curiosidad es su personaje. Además de ser una bola redonda que únicamente se mueve inclinando el terreno, también tiene la extraña característica de poderse dividir y unir a placer. En un primer momento se empieza con una bola pequeña que va aumentando de tamaño a medida que encuentre frutas naranjas. Si el escenario se vuelve estrecho y la enorme bola no cabe, con el botón del círculo de la consola se dividirá en tantas bolas como se hayan recolectado, hasta 20 en cada nivel. Manteniendo pulsada la misma tecla más tiempo los LocoRoco vuelven a juntarse para seguir su camino.
A pesar de que lúdicamente tenga un notable aspecto innovador, no se puede decir que la historia comparta la misma línea. Poner como excusa la invasión del mundo de los LocoRoco por parte de seres terribles está un tanto manido.
Moja, Oja y Koja
Son los Moja los extraños seres que quieren acabar con las bolas saltarinas. Sin enemigos que pongan las cosas difíciles no hay juego y está claro que una indefensa bola lo tiene mal si quiere llegar entera hasta el final de la fase. Los Oja, los Koja y los Moja son de la misma familia, pero con tamaños diferentes. Si se les pone a tiro una bola no dudarán en comérsela poco a poco. Los Bottyo-ro son una especie de búhos que tiran astillas; los Toge pinchan y hacen perder LocoRoco por el camino. También hay personajes que son buenos y solamente quieren ayudar, como los Mui-Mui, los Chuppa -que aspiran las bolas para lanzarlas como cohetes a las partes más altas- o los Nyokki, que crecen si oyen cantar a coro a las bolitas.
Los escenarios son laberínticos además de tener unos colores brillantes y llamativos. En los rincones más insospechados se esconden plantas para que crezca la bola, los Mui-Mui con regalos para la casa LocoRoco y otros secretos que harán que no sea nada fácil acabar el nivel con toda la lista de cosas que sus creadores han reservado para el jugador.
Otra de las cualidades del título es la música. Cuando la bola queda dividida se agrupan y empiezan a cantar alegres tonadillas que quedan grabadas en el cerebro de quien las escucha. Con sus cánticos consiguen que nubes, soles y espaguetis de colores alegren sus caras y les obsequien con piezas para adornar la casa LocoRoco.
LocoRoco es un ejemplo de cómo hacer las cosas sencillas y divertidas, sin complicaciones con gráficos coloridos y frescos pero con una capacidad de entretenimiento endiablada.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.