La federación lusa, amenazada por la FIFA, apela al interés público

La FIFA suspenderá el próximo día 14 al fútbol portugués de todas las competiciones internacionales de selecciones y clubes si el Gil Vicente no retira su recurso ante la justicia ordinaria contra su descenso a la Segunda División. El equipo de Barcelos, que fue sancionado por el caso Mateus, un delantero angoleño aficionado que jugó sin ficha en regla durante la pasada temporada, ha forzado el aplazamiento de varios partidos de la Liga actual a la espera de que se resuelva el asunto.

El ultimátum de la FIFA fue comunicado al presidente de la federación, Gilberto Madaíl, en Zúrich. Madaíl ha adelantado que la solución será obligar al Gil Vicente a desistir mediante una invocación "al interés público". Esta fórmula ha originado gran polémica. Juristas y analistas sostienen que se está ante un caso Bosman al revés, ya que una multinacional deportiva, la FIFA, no puede imponer sus leyes a las del Estado de Derecho.

El interés público parece, de todos modos, una razón de peso. Según Expresso, Oporto, el Sporting y el Benfica serían sustituidos en la Liga de Campeones por el Chievo, Osasuna y el Ajax y perderían unos 25 millones de euros. Además, la selección lusa, cuarta en el pasado Mundial, iniciaría en balde el miércoles en Finlandia su clasificación para la Eurocopa de 2008 si la federación no consigue que el Gil Vicente se rinda.

No parece fácil. El presidente del Gil Vicente, Antonio Fiuza, dice que la propia federación fue la que le animó a reclamar y que, "por la verdad, la razón y la justicia" se debe llegar hasta el final. El club ha convocado una asamblea extraordinaria de socios, el jueves, para decidir qué hacer.