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Crónica:Mundial de baloncesto 2006
Crónica
Texto informativo con interpretación

Estados Unidos se consuela con el bronce

El desastre no fue completo y los estadounidenses al menos se llevan el bronce. No es nada si se tienen en cuenta sus objetivos y sus jugadores, pero peor habría sido otro descalabro ante Argentina. Además, tuvieron suerte de que la organización decidiese entregar al termino del partido la tercera medalla, pues así evitaron el bochorno de verse en lo más bajo del podio, mirando hacia arriba a los españoles y los griegos, de los que la mayoría no tienen ni la más remota idea. Aunque igual habría sido conveniente esa cura de humildad con la esperanza, seguramente baldía, de que se preguntasen por qué ellos, los mejores, los que venden más camisetas, a los que sacan más fotos y ganan más dinero, estaban abajo y esos desconocidos, de los que, salvo excepciones tipo Gasol, no han oído hablar, se encontraban en el lugar de los triunfadores. Así les va, leñazo tras leñazo.

ESTADOS UNIDOS 96 - ARGENTINA 81

Estados Unidos: Johnson (0), Hinrich (2), James (20), Brand (13) y Anthony (15) -cinco inicial-, Bosh (1), Howard (7), Battier (2), Miller (0), Jamison (0), Paul (4) y Wade (32).

Argentina: Sánchez (6), Nocioni (18), Scola (19), Ginóbili (10) y Oberto (6) -cinco inicial-, Prigioni (0), Farabello (-), Gutiérrez (-), Delfino (13), Fernández (2), Herrmann (5) y Wolkowyski (2).

Arbitros: Arteaga (Esp.), Zavlanos (Gre.) y Butler (Aus.). Excluidos: Scola y Bland. Técnica: Anthony, por protestar.

Partido por el tercer puesto. 18.000 espectadores en el Saitama Super Arena.

1º CUARTO - 21-27

2º CUARTO - 27-22

3º CUARTO - 19-13

4º CUARTO - 27-21

Más información
Una final bajo el 'efecto Gasol'

Estos partidos por el tercer puesto a poco más de 24 horas de darte con la puerta de la final en las narices son muy especiales. Además del aguante físico, intervienen como nunca otras cuestiones, como el ánimo o la moral por seguir esforzándote cuando tu meta ya es inalcanzable. Argentina lo intentó y salió como lo hizo ante España, a toda pastilla. Scola les hizo un lío a los pívots norteamericanos. Y Delfino volvió a demostrar que es un talentazo. Lástima de que tenga un carácter gélido, ya que, con su facilidad para este juego, con una mayor implicación emocional sería un jugador de los importantes.

Estados Unidos seguía con igual o mayor empanada. Parecía que la disputa del bronce no iba con ellos. Al menos, hasta el descanso (50-49). Luego fue otra historia, pues surgió como un vendaval Wade.

Entre las faltas que tenían los mejores argentinos y su cansancio físico evidente, el partido se rompió con el dinamismo de Wade, que contó esta vez con el acierto que le faltó ante Grecia. Claudicado el rival, hasta hubo espacio para que James, uno de los grandes perdedores de este Mundial, se luciese con un par de acciones estratosféricas.

Finalmente, Argentina se quedó sin nada y todo parece, por la edad media del equipo (28 años) y la falta de relevo a corto plazo, que se asiste al final de un extraordinario ciclo. Y Estados Unidos se marcha por donde vino sin nada de lo que alardear. Eso sí, en el salto de altura y el espectáculo circense, sobresaliente. El baloncesto es otra cosa. Afortunadamente.

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