... Y una carrera en Abu Dabi

¿Falta de imaginación? Quía. Quien acuse a los rectores del ciclismo mundial de no estrujarse las meninges, de carecer de fantasía, a la hora de ofrecer soluciones para resolver los males de su deporte, no conocen la última solución, la que avanzarán los próximos días los organizadores de las tres grandes rondas por etapas como colofón a la temporada ciclista: una carrera en Abu Dabi, el riquísimo emirato árabe, donde el petróleo sale por los grifos. Para que luego digan.

La rueda del ciclismo tiene tres vértices. Uno es la carrera; otro, la Operación Puerto, las ocho personas imputadas penalmente -tres directores, Manolo Saiz, Vicente Belda e Ignacio Labarta; cuatro médicos, Eufemiano y Yolanda Fuentes, José Luis Merino y Alfredo Córdova, y un ex corredor de mountain bike, Alberto León- por un delito contra la salud cometido a través de sus presuntas prácticas dopantes, y el tercero, la pelea encarnizada entre la UCI, promotora junto al innombrable Manolo Saiz del UCI ProTour, y los organizadores de las tres grandes rondas: Giro, Tour y Vuelta.

Las tres 'grandes' buscan fórmulas para gestionar conjuntamente los derechos televisivos

Las carreras, la pura competición deportiva, pese a los rutinarios sustos, marchan bien; proponen a los aficionados ciclistas con clase y futuro, como el espléndido Brajkovic, que lidera la Vuelta, y ofrecen a veces joyas como el final de etapa de ayer en El Morredero, la espectacular victoria del gran Alejandro Valverde. La Operación Puerto marcha al ritmo que dictan las pesquisas de la Guardia Civil y los procedimientos judiciales abiertos, y la lucha entre la UCI y las tres grandes marcha por cauces más subterráneos aún. O marchaba hasta ahora, porque la Vuelta promete ser terreno de juego importante en el que se decida el futuro más inmediato de la guerra.

Hoy, tres federaciones díscolas con los planteamientos de la UCI, la italiana, la francesa y la española, justamente las que representan a los países en que se disputan las tres grandes, se reúnen para hablar de una situación de ruptura práctica. Es el aperitivo de la gran cita de Almería, dentro de diez días: coincidiendo con el paso de la Vuelta por la ciudad andaluza, por allí se pasará la plana mayor del Tour, encabezada por la propietaria de Amaury Sports Organization (ASO), empresa que posee el Tour y el diario L'Équipe, entre otros activos. "Nos reuniremos con ellos", explica Ignacio Ayuso, director general de la Vuelta desde que Antena 3 compró Unipublic en 2005; "y también estará el consejero delegado de Antena 3, Maurizio Carlotti, pero en la cena no hablaremos de una posible venta de Unipublic al Tour como se ha rumoreado por ahí, sino de buscar fórmulas para gestionar conjuntamente los derechos televisivos de nuestras pruebas".

Y también, de paso, para hablar del ProTour, el marco legal que liga, bajo la égida de la UCI, a los mejores equipos y a las mejores carreras, que echó a andar la temporada pasada y que en ésta ya ha funcionado de manera provisional. "Y hasta aquí hemos llegado", dice Víctor Cordero, el segundo de Ayuso; "la próxima temporada, si no cambian mucho las cosas, no habrá status quo, no se seguirán mecánicamente las normas vigentes hasta ahora. Las tres grandes nos sentimos liberadas de los compromisos y con libertad para llevar a cabo nuestro planteamiento". Esta declaración puede suponer desempolvar la idea de un trofeo de las tres grandes, un aliciente para los equipos, a los que seguirán negando una parte del pastel televisivo, que consistirá, para los equipos de los ganadores de Giro, Tour y Vuelta, y para los equipos que ganen las tres, aparte de un premio económico, el derecho a participar en noviembre en Abu Dabi, gastos pagados, en la carrera de los campeones, prueba de tres días con la crème del ciclismo mundial.