Respuestas 'online' a problemas de fe
Del susurro del confesionario al silencio de la web. De las palabras personalizadas del director espiritual al consejo de un sacerdote a través de una pantalla. Hace años, dos periodistas italianos se colaron en confesionarios para escuchar tentaciones y pecados y provocaron un escándalo al publicar un libro recogiendo las debilidades de los creyentes. Ahora, a un pirata informático interesado en el tema no le haría falta hacerse pasar por sacerdote para enterarse de que la joven madre de familia quiere saber si es pecado desear sin límite a su marido. Al pirata le bastaría vulnerar los códigos que protegen la intimidad de las consultas que llevan a cabo ciudadanos italianos. ¿Qué atribula a los que buscan consejo a través de la red? Por los casos que recoge Corriere della Sera lo mismo que debe atribular a los arrodillados en el confesionario que, tras susurrar un Ave María Purísima, confiesan sus pecados y tentaciones. "¿Cómo vivir en pureza los momentos de intimidad con mi novia, de la que me atrae su cuerpo sensual?", pregunta un joven. "¿Por qué a los homosexuales que no practicamos la homosexualidad nos impiden entrar en el seminario?", acusa un hombre. "¿Por qué la Iglesia me margina de la comunión por estar divorciada?", se duele una mujer. La web ha sobrepasado las 600.000 consultas no tienen valor de confesión, puntualizan sus promotores. Yo diría que es un consultorio sentimental relacionado con problemas de la fe. El morbo lo pone que casi todas las consultas están relacionadas con el sexo, gran tabú del catolicismo.
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