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Reportaje:

Obélix se baña en el mar

El rodaje de la tercera entrega de las peripecias del enorme galo y de su amigo Astérix pone a prueba las prestaciones de la Ciudad de la Luz, los gigantescos estudios cinematográficos de Alicante.

Cuando los actores, directores, productores y técnicos llegan a la Ciudad de la Luz de Alicante les impresionan sus vistas al mar. Son unos estudios cinematográficos de grandes dimensiones: 11.000 metros cuadrados de platós para rodajes, 15.000 metros cuadrados destinados a almacenes y talleres y unas 22 hectáreas de terrenos que albergan los rodajes en exteriores al lado mismo del Mediterráneo. Es lo que les ha ocurrido este verano a los responsables de la tercera entrega de Astérix y Obélix, la producción más cara del cine europeo (78 millones de euros) y con reparto internacional: Gerard Depardieu (Obélix), Alain Delon (César), Vanesa Hesler (Irina), Stéphane Rousseau (Alafoix) y Mónica Cruz (Esmeralda), dirigidos por Frédéric Forestier y Thomas Langmann. El rodaje se prolongará hasta principios de noviembre y el estreno está previsto para finales de 2007.

"Obélix forma parte de mi vida e invito a todos que sientan y respiren como él", dijo Depardieu en la presentación
En el macroestadio que se ha construido en el exterior se rodarán carreras en las que participarán 160 caballos
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El proyecto de los estudios fue diseñado por el arquitecto Gary Bastien y las obras comenzaron en 2002 con una inversión por parte de la Generalitat Valenciana que ha superado los 170 millones de euros. Hasta la fecha se han rodado allí seis películas en un año: La dama boba, de Manuel Iborra y protagonizada por José Coronado y Silvia Abascal; Lo que sé de Lola, dirigida por Javier Rebollo y protagonizada por Lola Dueñas, Michael Abiteboul y Carmen Machi; Arritmia, de Vicente Peñarrocha -con Natalia Verbeke y Rupert Evans-, y Teresa, muerte y vida, que tiene como director, realizador y guionista al escritor Ray Loriga y cuenta con actrices como Paz Vega y Leonor Watling.

Pero este verano la actividad en los estudios de Alicante es frenética con el rodaje de Astérix y Obélix en los Juegos Olímpicos. "Esto es como una industria, pero de alta precisión, no podemos perder tiempo y el plan de rodaje hay que cumplirlo a rajatabla", reconoce Antonio Mansillas, coproductor de la película. Bajo su control están cada día unas 400 personas que desde antes de las ocho de la mañana empiezan a llegar a los estudios dispuestas a afrontar una dura jornada. Los cámaras, técnicos, operadores, decoradores y artistas han ocupado habitaciones en 11 hoteles distintos de Alicante y Elche.

Cada uno tiene su función bien asignada y todos se deben ceñir al guión. Ramón Moya, tiene 63 años, y lleva la vida entera montando decorados para grandes producciones. En su currículo figura haber trabajado en unas 800 películas diferentes. El año pasado hizo decorados para la producción de Guillermo del Toro El laberinto del fauno, pero antes trabajó en películas tan conocidas como Indiana Jones o El imperio del sol, de Steven Spielberg y ha decorado películas de directores españoles como Mario Cámara, José Luis Garci y José Luis Cuerda. "En estos estudios lo más importante es que la gente trabaja pero, además, aprende un oficio para el futuro", comenta Moya, que ordena y distribuye cada día las tareas de 120 operarios de los que la mitad son de Alicante. "La mejor escuela para ellos es ésta", afirma. Las jornadas son largas. "Anoche nos fuimos a las once y hoy no sabemos cuándo terminaremos lo que hay que hacer", comentaba a principios de agosto. En esos días estaban construyendo el palacio griego del rey Samagas. "Aquí hay buenas condiciones para trabajar, espacio, luz y medios técnicos", reconoce este experimentado profesional, que coordina un equipo de artistas que, con maderas, yeso, cartón piedra o corcho, va preparando los decorados de la película para que todo esté listo en el rodaje.

"Trabajar aquí es una maravilla, hay instalaciones adecuadas, medios mecanizados, aire acondicionado y podemos estar trabajando en tres platós diferentes al mismo tiempo. Yo sé que en Europa no hay nada igual", explica. Pero no todo son virtudes y hacer funcionar la industria audiovisual en Alicante es un ejercicio que no está exento de dificultades. La principal es la falta de materiales adecuados. "Traemos muchas cosas de Valencia, porque los proveedores de Alicante a veces no tienen lo que buscamos, pero eso es cuestión de tiempo", indica Moya, que recuerda cómo, por ejemplo, un día necesitaba 2.000 tableros de madera para construir decorados y en Alicante no había tantos.

Otra anécdota es, por ejemplo, la pintura croma, que en las droguerías de Alicante no sabían lo que era. "Se lo hemos explicado y la están haciendo para nosotros", puntualiza este profesional, para quien lo fundamental en su trabajo es "la seriedad", cumplir en tiempo y forma con el guión. Alguien como él, que empezó a trabajar en esto de la mano de su padre cuando era un adolescente, ya conoce bien los estudios de la Ciudad de la Luz porque participó en la construcción de los decorados de otras películas rodadas aquí como La dama boba o Arritmia.

En el exterior de los estudios hay una gran extensión de terreno. El macroestadio que se ha construido para poder rodar las escenas de los Juegos Olímpicos albergará carreras en las que participarán 160 caballos. En una escena de esas carreras, está previsto que aparezca el piloto alemán Michael Schumacher sobre una cuadriga compitiendo con otros guerreros.

Los almacenes de vestuario también son gigantescos. Allí hay más de 1.000 trajes perfectamente referenciados y ordenados, hay disfraces de romanos, godos, egipcios, griegos, galos y pretorianos. Junto a estas salas de guardarropa están los camerinos, que dejan paso al maquillaje y la peluquería de los actores. "Se tarda entre media hora y un máximo de tres horas en poner a punto al actor para el rodaje", explica el responsable de la figuración, el francés Thierry Delettre, que empieza cada día a la siete de la mañana a tener todo a punto. Su compañera Madeline Fontaine destaca la tarea de los talleres de confección: "Hacemos todos los trajes completos, trabajamos cuero, tela cualquier material".

Sobre el diseño de los trajes aseguran que son fieles al cómic en el que se inspira la película, "aunque con una documentación precisa y correcta de base histórica". Los colores de los vestidos son fuertes, para que se puedan filmar mejor. Es la primera vez que Madeline y Thierry trabajan juntos, pero llevan años vistiendo a actores de película. "Aquí se trabaja bien, aunque lo peor es el calor que hace en Alicante. Los trajes se estropean del sudor en los exteriores. Menos mal que en los estudios hay aire acondicionado".

En otra nave anexa está Jordi Benavent, un artista de Alzira que empezó construyendo fallas y un día decidió lanzarse al mundo del cine. Su peripecia le llevó a Hollywood para probar fortuna, al final consiguió hacer unos decorados para el Museo de Cera. Luego logró contactos con otras empresas y ha trabajado construyendo decorados y tallando figuras para Universal y Paramount. También estuvo en un taller de carrozas artísticas en Estados Unidos. "Trabajar aquí, en Alicante, es un sueño para mí. Yo, que soy valenciano, puedo hacer lo que me gusta cerca de casa. Es una pasada", reconoce el artista mientras talla grandes piezas de corcho blanco que se convertirán en bustos, estatuas y otros elementos decorativos para esta película.

Astérix y Obélix en los Juegos Olímpicos ha sido la primera macroproducción europea que se rueda en Alicante. En esta tercera entrega de la serie los dos protagonistas tendrán que ganar los Juegos Olímpicos para que el joven galo Alafolix pueda casarse con la princesa Irina. Los galos se enfrentarán al terrible Brutus, dispuesto a cualquier estratagema para proclamarse vencedor y al mismo tiempo desembarazarse de su padre Julio César.

Durante la presentación de los primeros días de rodaje los artistas se mostraron "ilusionados" y "encantados". "Uno no se puede cansar de Obélix. Forma parte de mi vida. Me siento Obélix e invito a todos a que sientan y respiren como él", dijo Gerard Depardieu. Alain Delon aseguró que éste será su último trabajo. "Hace 10 años había previsto retirarme, pero no pude decir que no a trabajar con Depardieu después de tanto tiempo", comentó.

Luis Dobón, presidente del Consejo de Administración de la Ciudad de la Luz y secretario autonómico de Eventos y Proyectos de la Generalitat, dice que el proyecto "tiene por objetivo unir la industria y la formación en un único proceso". Por eso el próximo curso empezará a funcionar el Centro de Estudios de la Ciudad de la Luz que ofertará titulaciones cinematográficas, estudios de artes y oficios, audiovisuales o masters que homologará la Universidad Miguel Hernández de Elche. "Los directores destacan sobre todo la concepción global del proyecto", apunta Dobón, que considera "positivo" el balance tanto en el número de películas como en el volumen de negocio alcanzado durante el primer año de funcionamiento.

De izquierda a derecha, Gerard Depardieu, Mónica Cruz, Alain Delon, Vanesa Hesler y Stéphane Rousseau.
De izquierda a derecha, Gerard Depardieu, Mónica Cruz, Alain Delon, Vanesa Hesler y Stéphane Rousseau.OLIVARES NAVARRO
Uno de los platós de la Ciudad de la Luz.
Uno de los platós de la Ciudad de la Luz.OLIVARES NAVARRO
Un carpintero trabaja en los decorados de los estudios.
Un carpintero trabaja en los decorados de los estudios.O. N.

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