'La Juve', en la encrucijada

El Juventus ha iniciado su temporada negra. El último equipo de la Serie B (Segunda División) italiana, pues partirá con 17 puntos negativos, se enfrentó el sábado al Martina, un modesto conjunto del sur, en la primera eliminatoria de Copa y venció con holgura: 3-0. Los chicos del Martina apenas jugaron, fascinados ante la presencia del mejor portero del mundo, Buffon, y de un mito como Nedved.

Fue el primer paso en el calvario de la sociedad futbolística más potente de Italia, pero aún no estaba definida la magnitud de la tragedia. Seguía pendiente la decisión de apelar ante la justicia ordinaria contra el descenso administrativo y las demás sanciones. Y, tras la marcha de siete titulares, no parecía cerrada la fuga de futbolistas.

El consejo de administración del Juventus, controlado por la familia Agnelli, decidirá hoy si persiste en la vía de rechazar el descenso, con la aspiración de que una lejana sentencia de los tribunales europeos invalide la pesadilla, o asume el castigo por manipular campeonatos y negocia con la Cámara de Conciliación de la Federcalcio. El árbitro federativo se muestra dispuesto a suavizar la pena, suprimiendo el cierre por tres encuentros del estadio juventino y, quizá, si lo aceptan los otros clubes de la Serie B, reducir la penalización de puntos. La mayoría de los tifosi del Juventus, según una encuesta de La Gazzetta dello Sport, está por pactar y luchar en el campo por un inmediato regreso a la Serie A (Primera).

El otro flanco abierto es el de las fugas. La Juve ha traspasado este verano a Emerson, Cannavaro, Zambrotta, Thuram, Ibrahimovic, Vieira y Mutu, para acumular unos 60 millones de euros en tesorería, y sus directivos aseguran que quienes se han quedado pelearán como jabatos para salir de la Serie B. Los héroes que, por el momento, siguen defendiendo a la Vieja Señora son Buffon, vitoreado por todo el público en el encuentro contra el Martina; Del Piero, que mereció una pancarta: "Capello, mercenario; Del Piero, leggendario"; Nedved, Trezeguet y Camoranesi.

Pero no está nada claro que Camoranesi se quede. El centrocampista ítalo-argentino exige que le vendan al Lyon o el Valencia y jura que no jugará en la Serie B. La directiva, de momento, le considera intransferible. Otro cargado de dudas es el francés Trezeguet, poco entusiasmado ante el descenso a los infiernos. Ni siquiera Buffon, el ídolo, es seguro: el Milan acaricia en secreto la idea de comprarlo y su propietario, Silvio Berlusconi, dispone de fondos ilimitados. No sería una sorpresa si el jueves, después de confirmar su presencia en la Liga de Campeones superando su eliminatoria previa con el Estrella Roja de Belgrado, el Milan lanzara una doble ofensiva por el madridista Ronaldo y por Buffon.

El entrenador, el francés Didier Deschamps, apuesta en cualquier caso por jugadores jóvenes y con hambre, como Marchionni, Bojinov, Paro, Birindelli o Chiellini, apoyados por veteranos como Nedved, en su última temporada, o Zanetti, que, inocente, se marchó del Inter al Juventus justo antes de que estallaran el escándalo y las sanciones.