Calderón cierra el fichaje de Diarra
El medio de Malí jugará cinco temporadas en el Madrid y será presentado el lunes
Dicen que Mahamadou Diarra (Bamako, 1981) era el factótum del Olympique de Lyon. Era el hombre de los discursos, el de las arengas de vestuario, el de los chistes, el que elevaba la moral de la tropa, el que robaba los balones al contrario y el que hacía jugar a sus compañeros. En su última etapa en el club francés también se ocupó personalmente de amenazar al presidente, Jean-Michel Aulas, con marcharse a Malí si no le dejaban rescindir su contrato y fichar por el Madrid. A sus 25 años, tampoco transigió cuando se dirigió a su entrenador, Gérard Houllier, y le pidió, por favor, que no siguiera diciendo en los diarios que no se desprendería de él porque eso era pedirle peras al olmo. Así es Diarra, el portento físico que exigió Fabio Capello para levantar una muralla en el centro del campo del Madrid. Y desde ayer lo tiene: "Era un fichaje prioritario", explicó Ramón Calderón, el presidente del Madrid, en la página web del club, tras confirmar que Diarra jugará cinco temporadas en su equipo.
Diarra es una celebridad en su país de origen: Malí. Surgió de la escuela que Salif Keita, ganador del primer Balón de Oro africano en 1970 y ex jugador del Valencia, posee en Bamako. De allí pasó a jugar a la Liga griega, al Creta, y de la isla recaló en el Arnhem Vitesse, holandés. En 2001 fue detectado por Bernard Lacombe. El ex goleador francés ejerce ahora de cazatalentos en el Lyon. En señal de agradecimiento, Diarra le llama "papá". El embrollado fichaje de Diarra por el Madrid es un proceso que se cerró ayer. El viernes pasado, el Lyon anunció públicamente que había alcanzado un acuerdo para traspasar al futbolista a cambio de 28 millones de euros.
La versión del Madrid, según sus responsables, es distinta. Los directivos aseguraron durante todo el día que el traspaso no estaba firmado todavía y que el precio acordado ascendía a 22 millones, a los que se irían agregando unas cantidades condicionadas a la conquista de títulos en los próximos cuatro años. El total de gastos ascendería a 26 si se cumplen todos los requisitos. Además, los mandatarios madridistas aseguran que el pago se ha aplazado a cuatro años. Ayer, los directivos madridistas se frotaban las manos por el acuerdo alcanzado con el Lyon al tiempo que se alarmaban por la reacción de Diarra, que, según dijeron, pasó de pedir al presidente madridista dos millones de euros a reclamarle cinco netos al año, lo que acercaría su salario al de Ronaldo o Beckham. Finalmente, el acuerdo se cerró sin que trascendieran las cifras. Lo que sí se sabe es que el futbolista, que ganaba dos millones netos al año en el Lyon, donde era el mejor pagado, pretendía trasladar su estatus al Madrid. A juzgar por el empeño que ha puesto Capello en solicitarle, su demanda es razonable.
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