Exquisita sencillez
Estudio de H. Grondijs.
Topko JT, 1998.
El compositor holandés Harrie Grondijs, de 60 años, debe ser una persona de exquisita sensibilidad artística, a juzgar por sus aficiones: vive muy cerca de la Biblioteca Real de La Haya, que contiene 40.000 libros sobre ajedrez y damas; además de la literatura y el dibujo, le gusta leer a Dickens, Joyce y Borges. Todos esos datos están en el número 36 de Finales... y Temas, una revista de estudios y problemas, argentina, electrónica, gratuita, de gran calidad y 10 años de vida que dirige José A. Copié (chessjac@speedy.com.ar). La posición del diagrama es sencilla y exquisita a la vez, además de muy didáctica porque casos muy similares se dan con cierta frecuencia en las partidas de torneo. El lector captará enseguida que la primera jugada, imprescindible para empatar, es fácil, pero las negras crean problemas sutiles con su respuesta que requieren soluciones muy precisas: 1 Re2, Rd5! Tras 1... R - d4 2 R - d2, el final es tablas porque las blancas tienen la oposición: estando ambos reyes enfrentados con un número impar de casillas entre ambos, le toca jugar al negro: 2... Re4 3 Re2, Rf4 4 Rf2, Rg4 5 Rg2, Rh4 6 Rh2, g4 7 Rg2, g3 8 Rg1!, Rh3 9 Rh1, g2+ 10 Rg1, Rg3, ahogado. La situación sería justo la opuesta si las blancas capturan ahora en d2: las negras tomarían en d4 y tendrían la oposición. Pero hay una fina solución: 2 Rd1! Si 2 R - d2, R - d4 3 Re2, Re4 4 Rf2, Rf4 5 Rg2, Rg4 6 Rf2, Rh3 7 Rg1, Rg3 8 Rf1, Rh2 9 Rf2, g4, y el peón corona. Las negras lo siguen intentando: 2... Rc4! 3 Rc2!, Rd5 4 Rd1, Re4 5 Re2!, tablas. Correspondencia: ajedrez@elpais.es
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