Deslucido homenaje a Nureyev en Cap Roig

Lo que tenía que ser una gala de estrellas inolvidable se convirtió, el pasado jueves en los Jardines de Cap Roig (Girona), en una parodia de lo que tiene que ser una función de este género. El atractivo del programa era que el espectáculo se anunciaba como un homenaje al mítico bailarín Rudolf Nureyev. Sin embargo, las principales figuras del Ballet de la Scala de Milán, encabezadas por el argentino Maximiliano Guerra, no estuvieron a la altura técnica que precisaban las coreografías clásicas que en versión de Nureyev se anunciaban en el programa de mano. Un programa que poco tuvo que ver con lo que ocurrió en el escenario; se suprimieron piezas, se cambió el orden y se incluyeron nuevas coreografías. Todo ello sin avisar al público, que al final ya no sabía si el paso a dos que bailaban en el escenario era el de La Bella Durmiente o el de Cascanueces. Un fallo imperdonable para un festival de esta categoría.

El artífice de este espectáculo es Luigi Pignotti, quien fue durante años el manager de Rudolf Nureyev, que en la actualidad cumpliría 68 años. Ahora ha querido rendirle homenaje con una función que, si Rudy levantara la cabeza, le entristecería o, conociendo su carácter, le enfurecería. Los mejores momentos de la velada fueron los que brindaron Antonella Albano y Alen Bottaini en El Corsario y El Cisne Negro por su virtuosismo y calidad interpretativa. En cuanto a Maximiliano Guerra, estuvo correcto en Don Quijote junto a Paola Vismara, con la que también bailó con brillantez el paso a dos Diana y Acteón.