A Capello no le basta con 'guerreros' para vencer al Betis

Con el acento torero que lo caracteriza, el presidente del Madrid, Ramón Calderón, dijo que cambiaría China por Cádiz. Y así fue. El Madrid hizo su presentación española en el Ramón de Carranza al ritmo de Paquito el Chocolatero y otros pasodobles. Su rival fue el Betis, un equipo que atraviesa tiempos convulsos pero que exhibe toda la coherencia y el sentido claro que suele dar Irureta a sus obras. Al técnico irundarra le han bastado unas semanas para dejar su impronta. Lo sufrió el Madrid de Capello, que desde que llegó no ha hecho más que pedir guerreros para subvertir la dominación del Barça. Desde ayer ya sabe que con combatientes no basta ni para ganarle al Betis, que lo dejó fuera de la final del trofeo.

El Betis le complicó la noche al Madrid y no necesitó al mejor Joaquín para hacerlo. El primer tanto avaló el juego superior del Betis. El segundo confirmó que al Madrid le faltan un par de ajustes. Clavado en la banda como una estaca, Capello se cruzó de brazos y se mordió la lengua. Su Madrid es menos sólido de lo que pretende. Defensivamente tiene lagunas que ni la potencia de Ramos ni la velocidad medida de Cannavaro pudieron salvar. Cuando tiene el balón no le dura mucho y tampoco hace alardes de eficacia. Sin más elementos desequilibrantes que los centros de Beckham y las pillerías de Cassano, el Madrid percutió contra la defensa del Betis, que tampoco es la línea Maginot. Cassano lo advirtió desde un principio y a sus apariciones se aferró el Madrid para no salirse del partido. El pequeño delantero va camino de recobrarse tras un año disoluto. Ayer Capello lo emparejó con Van Nistelrooy, retrasando a Raúl unos metros, en la misma zona que cubre cuando juega para la selección.

El tanto inicial del Betis no terminó de derrumbar al Madrid. El partido ofreció emociones hasta el último minuto. En la recta final Cannavaro demostró su resistencia a la derrota con un derechazo desde fuera del área que sus compañeros celebraron como una sentencia. Nada de eso. Un penalti de Helguera sobre Edu premió al Betis con un empate.