Vacaciones holandesas para los príncipes herederos de Japón
La princesa heredera de Japón, Masako, ha salido por fin de vacaciones. La antigua diplomática casada desde hace 13 años con el futuro emperador nipón, el príncipe Naruhito, llegó ayer a Holanda con la hija de ambos, Aiko. Los tres han aceptado una invitación de la reina Beatriz. Las vacaciones también permitirán a la princesa, a su esposo y a su hija visitar al padre de Masako, que ejerce como juez en el Tribunal Internacional de Justicia, con sede en La Haya. El viaje es todo un acontecimiento para la princesa, en lucha durante años contra una depresión derivada, según los médicos, de las tensiones producidas por su ajuste a la rígida corte nipona. El hecho de haber tenido una hija en lugar de un chico ha agudizado también su ansiedad. No sólo ha permanecido alejada de la vida pública. Tampoco se le permitía viajar hasta que mejorase su salud. Japón carece de ley sálica y el heredero del trono del Crisantemo debe ser varón. Una tradición que necesita de una reforma constitucional para modificarse. O de un niño en la familia real. Algo que sí podría suceder en los próximos días cuando dé a luz la cuñada de Masako, la princesa Kilo, esposa de Akishino, el hermano de Naruhito. Mientras esa trascendente duda se despeja en Tokio, Masako y su familia se disponen a disfrutar de un auténtico final de verano holandés: con los colegios ya en marcha y unos días frescos, pero con los mejores atardeceres del año.
