"Rayuela' es un juego del que no es fácil salir"

El anuncio del alto el fuego de la banda terrorista ETA, el pasado marzo, ha dado un respiro a la sociedad vasca. Eduardo Madina (Bilbao, 1976), diputado del Partido Socialista de Euskadi y víctima de ETA en 2002, comentó, poco después de conocerse la tregua, que la gente ya no tiene miedo, como antes, y que no es extraño oír hablar de oportunidades. Madina es uno de tantos que lo vive en primera línea, pero el verano permite una pausa para dedicarse a uno mismo.

"Debo reconocer que he tenido problemas para decidirme por un único disco porque me resulta muy difícil optar sólo por uno, pero, bueno, supongo que ésta es la gracia de esta sección y supongo que también me va a pasar lo mismo con el libro y con la película, así que prometo no decirlo más".

Rock gótico

Madina se ha decidido finalmente por The Cure, la banda de góticos británicos liderada por el extravagante Robert Smith, un tipo con querencia por el exceso de laca y maquillaje. "Desde hace unos pocos años se ha convertido en mi grupo favorito". "Entre los suyos elijo The head on the door, que incorpora temas como Inbetween days, Sinking, Close to me, Push y A night like this. Suelen combinar sonidos de rock oscuro y han definido un estilo propio y probablemente una escuela. El grupo tiene alrededor de 18 discos, con grandes elepés como Disintegration, Seventeen seconds, Faith, Pornography... todos ellos maravillosos. Éste es del año 1985 y en esta década el grupo tuvo, probablemente, su mejor momento de producción musical. A la hora de elegir uno, creo que, en estos momentos, tengo que elegir éste".

Un juego duradero

La relación de Madina con Cortázar viene de lejos. El diputado conoció los cuentos del narrador argentino en la adolescencia y desde entonces no deja de revisitar su obra magna. "Rayuela apareció en el momento idóneo, cuando todos los elementos eran favorables para que me quedara atrapado en un libro que se terminó metiendo hasta el fondo de mi intimidad para quedarse dentro durante muchos años. Hubo épocas de Germinal, tiempos de Niebla, de El túnel, de Notre Dame de París, pero por tiempo ocupado, por número de lecturas y por el impacto vital que tuvieron en mi juventud, tengo que elegir Rayuela".

Avanza que es difícil hablar de este "libro de libros", pero enseguida intenta un apunte: "Es una reflexión sobre la vida en un sentido amplio y una búsqueda de otra forma de vivir y de sentir. Un deseo de saltar por encima de las fronteras estables de la vida para lograr espacios más amplios, seguir deseando lo que se intuye imposible y convertir ese anhelo no sólo en forma, sino en fondo de vida. Rayuela es precisamente eso, una narrativa preciosa del salto que no damos". Confiesa que la impresión que le produjo es duradera: "su lectura me pareció un juego que engancha y del que no es fácil salir. Años después de empezarlo, sigo sin estar seguro de que ya me he quitado del todo y de que ya no juego".

Conversación en la tierra

El juego de historias breves centra Noche en la tierra, de Jim Jarmusch, una película conversacional que Madina coloca entre sus preferidas. "Es posible que hace algún tiempo hubiera elegido otra película, La ventana indiscreta, de Alfred Hitchcock, o en otra época, digamos que algo más nocturna, quizá Trainspotting, de Danny Boyle, pero hace algo más de un año conocí a Jim Jarmusch y me encantó. Tiene grandes películas, todas diferentes y todas maravillosas".

"Noche en la tierra son cinco historias que suceden en Los Ángeles, París, Nueva York, Roma y Helsinki. Son conversaciones entre personajes que se acaban de conocer a bordo de un taxi y que se cuentan cosas con una fluidez extraordinaria. La velocidad y el tema de cada diálogo cambia en cada historia, con la banda sonora de Tom Waits. El resultado es una preciosidad".