El primer ganador del Tour que da positivo
Floyd Landis recurrió el día de su increíble escapada en Morzine a la testosterona, según un primer análisis antidopaje
Allan Gallopin, director francés del CSC que iba con el grupo de escapados en mitad de la ascensión a Saisies, cogió la radio y llamó inmediatamente a Bjarne Riis. "He visto pasar una moto. O reaccionáis rápido ahí atrás o no volvemos a ver el pelo a Landis en toda la etapa". "Tranquilo, tranquilo", le respondió el danés. "Es imposible que si va ahora a este ritmo aguante hasta el final. Terminará explotando". Floyd Landis no explotó, quien explotó fue el Tour.
El norteamericano realizó el imposible, no sólo resistió sino que aumentó su ventaja en la Joux Plane, el puerto más duro del Tour, y, el día siguiente de perder 10 minutos tras un desfallecimiento en La Toussuire, dio el golpe definitivo para ganar la grande boucle, una victoria rematada 48 horas más tarde en la contrarreloj.
Si el contraanálisis confirma el positivo, Óscar Pereiro será proclamado ganador
La noticia llega en un momento crítico, en plena investigación de la Operación Puerto
Ayer, una semana después de la mayor gesta que el ciclismo ha conocido en los últimos años, un comunicado del equipo Phonak ofreció la clave del imposible. Landis había hecho trampas. "La UCI informó ayer al equipo Phonak de un inusual cociente de testosterona /epitestosterona en el control efectuado a Landis después de la etapa 17 del Tour de Francia", dice. "La dirección del equipo y el corredor quedaron totalmente sorprendidos de este resultado fisiológico. El corredor solicitará en los próximos días el contraanálisis para probar que o bien esto es el resultado de un proceso natural o, si no, que es el resultado de un error (...) Si el resultado de la muestra B confirma el resultado de la A, despediremos al corredor, quien después pasará el examen endocrinológico". La testosterona permite una recuperación más rápida tras días de esfuerzos intensos, aumenta la fuerza y la potencia.
Floyd Landis, norteamericano de 31 años, es el primer ganador del Tour que resulta positivo en un análisis antidopaje realizado en la edición de su victoria en los 103 años de historia de la carrera, en los 40 años de historia de los controles contra el doping. Si el resultado del frasco B confirma la existencia de testosterona sintética detectada en el A, y si el corredor no puede probar que todo es debido a una anomalía fisiológica de su organismo, Landis será sancionado con dos años -el mínimo previsto por el Código Mundial Antidopaje- y con la anulación de sus resultados en el Tour, cuyo vencedor pasaría a ser el segundo clasificado, el ciclista gallego Óscar Pereiro, del Caisse d'Épargne.
"La tentación es muy fuerte ahí arriba", dijo Arlene Landis, la madre del ciclista, de religión menonita. "Pero sigue siendo mi hijo maravilloso. Le quiero como si hubiera ganado". Tras su hundimiento en La Toussuire, Landis, que se implantará en su cadera machacada una prótesis de titanio el próximo mes y que consideraba que este Tour le ofrecía su única oportunidad de victoria, sufrió grandes presiones por parte de su equipo y también por el consejero Eddy Merckx para reaccionar con rabia al día siguiente y dar la vuelta a la tortilla. Ayer, Landis no habló.
El positivo llega en un momento crítico para el ciclismo, sometido a las investigaciones de la Operación Puerto, que ya privaron a la carrera de sus grandes favoritos, Jan Ullrich e Ivan Basso. Además, el dopaje de Landis iguala al Tour con la Vuelta y el Giro, cuyos ganadores, Roberto Heras, positivo por EPO y suspendido dos años, e Ivan Basso, identificado en la Operación Puerto, está implicados en asuntos de dopaje. Tres tronos vacantes para un ciclismo que no sabe cómo sobrevivir.
La dirección del Tour recibió con "cólera y tristeza" una noticia que le llega apenas 48 después de haber calificado al Tour de 2006 como el Tour de la esperanza. Ocho años después del asunto Festina y superadas también las crisis que supusieron los problemas a posteriori con el dopaje de Jan Ullrich, ganador del Tour del 97, y de Marco Pantani, vencedor en el 98, la prueba recuperaba el aliento de antaño, creían los organizadores.
Antes que Landis, otros corredores con el maillot amarillo resultaron positivos. Pedro Delgado, en su Tour victorioso del 88, resultó positivo por probenecid, una sustancia prohibida por el Comité Olímpico Internacional, pero no por la UCI, por lo que no se le castigó. Diez años antes, en 1978, el belga Michel Pollentier, maillot amarillo tras Alpe d'Huez, fue sorprendido con una pera cargada de orina limpia en el sobaco.
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