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Crónica:Alemania 2006 | Brasil-Francia
Crónica
Texto informativo con interpretación

Zidane destrona a Brasil

Francia vulgariza al vigente campeón del mundo, sin pase ni velocidad

Ramon Besa

Que Dios guarde por muchos años a Zidane. Vive Zizou y todavía juega al fútbol mejor que nadie. El Mundial aguardaba a Ronaldo y a Ronaldinho, al uno o al otro, y resulta que reapareció el capitán de Francia, que tiene dicho que se retira en cuanto pierda un partido y no cuando quieran sus rivales. A juzgar por la solemne actuación que tuvo anoche, si depende exclusivamente del ex jugador del Madrid, será cuando acabe el torneo, el domingo, en Berlín, con la Copa en la mano. El juego de claqué de Zidane y la fiereza de Vieira auparon a Francia para vergüenza de Brasil. Igual en Francfort que en la final de París.

Volvió a perder Brasil porque es un equipo mal hecho, excesivo en futbolistas y falto de juego, y también porque ayer se enfrentó a una selección con pies y cabeza, excelentemente bien construida, por mucho que se diga que Doménech parece más un astrólogo que un entrenador de fútbol. Francia tiene una calidad física incuestionable y una organización táctica excelente. Irreductible desde que compareció en Alemania, ya nadie la puede acusar de que juega con un manual de supervivencia, sino que va a por el trofeo después de ponerle la camisa de fuerza a la revolucionaria España y de vulgarizar a la favorita Brasil.

RESULTADO

BRASIL 0 - FRANCIA 1

El juego de claqué de Zizou y la fiereza de Vieira auparon a Francia para vergüenza de Brasil
El Mundial aguardaba a Ronaldo y Ronaldinho y se encontró con el capitán francés

Pareció mejorar Brasil desde la alineación para suerte sobre todo de Ronaldinho. Parreira prescindió de un delantero como Adriano para ganar un medio de la calidad de Juninho y el equipo se estiró, ocupó más racionalmente el campo, combinó y se arrimó al área. Ronaldinho venía jugando muy retrasado, sin apenas intervenir, y ayer se soltó un poco más al inicio como segundo delantero. La arrancada de Brasil, especialmente dinámica y hasta vibrante, duró un cuarto de hora. Hasta que Francia le cortó la luz por intervención directa de Zidane, a sus 34 años.

Zizou pidió el balón y eliminó a tres contrarios con un gesto técnico y después insistió con un toque interior que su equipo interpretó como una invitación a ganar el campo. Los franceses encontraron aire en su capitán y borraron a su rival con una facilidad sobrecogedora desde la línea de medios. Francia se junta muy bien en la divisoria y se organiza mejor alrededor de la pelota. Makelele y Vieira levantaron un muro insalvable para los ligeros centrocampistas brasileños. La línea de presión y anticipación, así como las ayudas de los laterales y volantes, le dio una superioridad incontestable al plantel de Doménech.

No podía Brasil ni con el partido ni con Francia. Le faltaba campo, pase y velocidad. No encontraba por ningún sitio la puerta de salida. Atrapado en su cancha, quedó expuesto a cualquier remate o incluso infortunio. Los franceses se combinaban bien en el ataque estático y desbordaban en las transiciones. A Juan no le quedó más remedio que tirar a Vieira cuando encaraba a Dida en una falta que Medina Cantalejo sancionó con cierta comprensión hacia el central: le sacó la amarilla por la misma razón que le pudo mostrar la roja. Asfixiado y encogido, Brasil alcanzó el descanso con alivio por la salud envidiable que mostraba la Francia de Vieira y Zidane.

Vieira se ha convertido en el referente de Francia. Futbolista de un despliegue físico imponente, garantiza el control del partido por su capacidad defensiva y rompe en el ataque con sus llegadas. El medio de la Juve se descolgó hasta desequilibrar la contienda. Brasil lo pasaba mucho peor que España. El equipo de Doménech tomó la iniciativa y desconectó del partido a los delanteros brasileños. Nadie podía acusar a Francia de no jugar al fútbol después del encuentro que se estaba marcando en Francfort. Muy difícil de abordar defensivamente, únicamente le faltaba un punto de acierto en el juego ofensivo porque le cuesta que se active la conexión Zidane-Henry.

Funcionó ayer a balón parado, en una falta lateral, mal defendida por Brasil, sobre todo por el portero. El gol, en cualquier caso, expresó el martirio que sufrían los campeones y la diversión de Francia. El remate de Henry llegó después de una nueva intervención reveladora de Zizou. El capitán francés le puso un sombrero al mismo Ronaldo, un retrato perfecto del partido, siempre manejado por la pujanza de los medios franceses, vencedores en cada uno de los balones divididos, y la clase de Zidane. Ronaldo quedó totalmente aislado, fracasó Ronaldinho como recadero y no hubo noticias de Kaká y Juninho.

La rueda de cambios no alteró el partido para nada, sino que sancionó las deficiencias de Brasil y las virtudes de Francia. Parreira no encontró solución en el cuadrado mágico ni en Robinho ni en el último tiro libre de Ronaldinho. Nadie pudo discutir ayer la superioridad de la Francia de Zidane, mejor futbolista y más encantador que nunca, símbolo de que el juego le puede al gol. Anoche pareció que no sólo se detenía el tiempo, sino que retrocedía. A falta de un rey en la Copa del Mundo de Alemania, nada mejor que Zidane vuelva al trono.

Henry, frente a Dida en el momento en el que remata y marca el gol resolutorio.
Henry, frente a Dida en el momento en el que remata y marca el gol resolutorio.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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