Una generación perdida

"Pero usted, que es el director de Ivan Basso, que sigue toda su preparación física, ¿nunca había notado nada raro, nunca?". Bjarne Riis apretó todavía más las cejas antes de responder. "Nunca, ningún indicio, ninguna señal, nada que me hiciera pensar que Ivan pudiera estar involucrado en la trama de dopaje. Todos los controles médicos estaban bien. No puedo seguir a todos los corredores a todas partes y a todas horas, pero sí que les sigo mucho, se lo aseguro. También a Ivan, pero nada". El gigante danés admitió su perplejidad por las acusaciones a su líder poco después de mandarle para casa. "No podía correr el Tour, es imposible que estuviera centrado en la carrera con tanta sospecha a su alrededor. Además, es lo que habíamos acordado todos los equipos. Estoy muy decepcionado, pero son las reglas. Ahora lucharé por recuperar nuestra credibilidad", explicó Riis, que negó tener constancia de que alguien de su equipo hubiera contactado nunca con Eufemiano Fuentes.

Cordero, director de la Vuelta a España: "Nosotros vamos a ser también muy escrupulosos"

A Basso ni se le vio, claro, tampoco a Ullrich ni a Sevilla. La cara la dieron los directores, divididos entre apocalípticos e integrados, entre los que dicen que sí, que ya era hora de que esto pasara y que por fin se va a limpiar el ciclismo, y los que niegan con la cabeza, los que dan al deporte la carta de defunción.

Mancebo hizo las maletas y dijo adiós. Y su director, Vicent Lavenu, dijo que no, que hoy "no saldrá un pelotón limpio". "Se ha cogido a algunos tramposos, pero seguro que hay alguna red de dopaje que no se ha desmantelado. Estamos lejos de pensar que todo se ha arreglado", afirmó.

"Hay que seguir luchando, pero al menos la gente aplaudirá a los campeones, no a los tramposos. Esto es un cambio de dirección. Lamentablemente, los tramposos no nos devolverán lo que nos han robado", explicó Jean Jean-René Bernaudeau, director del Bouygues Telecom. El más tajante fue José Miguel Echavarri, director del Cisse d'Epargne-Illes Balears: "Hemos perdido 10 años en la lucha contra el dopaje. Hemos perdido una generación de corredores, la de quienes empezaron en 1999 y tenían que haber sido diferentes. Algunos han sido como los anteriores".

El ciclismo perdió su inocencia en 1998 con el escándalo del caso Festina. Ocho años después, los agentes siguen su lucha contra la lacra. "Una auténtica catástrofe", resume Walter Godefroot, ex director del Telecom, que no quiere ni oír hablar de Rudy Pevenage, segundo director del equipo e implicado en el escándalo de dopaje: "Para mí, no existe más ese nombre en mi cabeza".

La fuga de corredores ha alterado la escala de galones en el Tour. "Lo de Ullrich y Basso ha sido un palo muy fuerte. Ojalá tengamos una carrera limpia. Yo ya tengo ganas de empezar, estoy tranquilo y concentrado en la prueba", dijo Valverde, que el año pasado no pudo acabar la carrera debido a una caída. Por Estrasburgo se acercó también Víctor Cordero, director de la Vuelta a España, con la libreta para tomar notas. "Nosotros vamos a ser también muy escrupulosos. Lo que está pasando aquí es clave para entender lo que pasará en la Vuelta. Hay dos equipos invitados

[Relax y Comunidad Valenciana] y los otros 20 son del UCI Pro-Tour. Contra todos seremos muy severos al mínimo indicio: o les quitaremos la invitación o pondremos los casos en manos del TAS y de la UCI. Nuestra ventaja es que tenemos más tiempo y el sumario será totalmente desvelado", afirmó Cordero.