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Reportaje:Alemania 2006

Menotti, asesor de Klinsmann

El seleccionador alemán siguió el consejo del ex técnico argentino y retrasó la posición de Frings en el partido ante Suecia

Acostumbrado a trasnochar, acabar de trabajar a las siete de la mañana en una ciudad donde a las seis luce un sol radiante, debe tener descolocado a César Luis Menotti, campeón del Mundo como seleccionador de Argentina en 1978 y que sigue el Mundial de Alemania como comentarista de la cadena mexicana Televisa. Con el sueño cambiado, el pasado sábado, antes de volver a su hotel, se pasó a echar un vistazo por el hotel Hilton donde estaba concentrada la selección alemana que, esa misma tarde, se jugaba el pase a los cuartos de final del torneo ante Suecia. Allí se encontró con Jürgen Klinsmann, del que fue entrenador el año 1997 en Génova, en el Sampdoria. Durante dos horas, hablaron de fútbol, claro. Después del partido, el alemán, explicó que Menotti le había dado un consejo muy útil y que tuvo muy presente.

Kahn ha suscitado otra polémica al manifestar que no entiende por qué no es titular
Menotti fue el técnico de Klinsmann cuando éste jugaba en el Sampdoria en 1997

La duda es saber quién aprendió más de quién la mañana del sábado, porque dicen que el técnico argentino salió impresionado del contacto que mantuvo con el hombre al que conoció de futbolista en Italia y con el que se reencontró al frente de la selección. Para su sorpresa, al llegar al hotel no había policías en la puerta y lejos de encontrarse el habitual ambiente hermético, casi claustrofóbico, sintió nada más traspasar las puertas que allí se respiraba un aire curiosamente fresco. En el hall no estaban los habituales directivos exhibiéndose, como suele ser habitual, cobrando todo el protagonismo, rodeados de amigos y familiares. Los futbolistas no quedaban relegados a las habitaciones, con la excusa del descanso, sino que se les veía tranquilos dentro del ambiente competitivo propio de la ocasión, aunque carente de mayor presión que la lógica, la impuesta por la exigencia del deportista que está a pocas horas de jugar un partido trascendente.

Consciente de que como jugador siempre fue de los catalogados como distintos, de esos que por inteligentes interpretan desde la razón las consignas del entrenador antes de seguirlas simplemente por obedecer, sin más, Menotti se interesó por cómo Klinsmann había sentado las bases de la nueva selección alemana. También se interesó por las razones que decidieron al entrenador alemán a emigrar a California y por cómo había soportado el hostigamiento de cuantos, desvergonzadamente, se postularon como su relevo casi al tiempo que la federación le nombró seleccionador. El seleccionador alemán no le contó la última. Todavía no había trascendido. Se trata de la polémica que envuelve a uno de los pesos pesados de la selección. El meta suplente, Kahn, dice no entender por qué perdió la titularidad y que nunca recibió una explicación satisfactoria de Klinsmann. "Nunca hubo una explicación, sólo la declaración de que en adelante jugaríamos con Lehmann y que ahora él es el número uno", manifestó Kahn en una entrevista que publica la revista Der Spiegel en su edición de la próxima semana.

Antes de eso, Klinsmann, se explicó, mostrándose como lo que Menotti esperaba: un tipo razonable y coherente, pero más interesado por encontrar respuestas a las dudas que le sigue planteando el camino que se ha propuesto recorrer con la selección de su país. Metidos en faena, la conversación les llevó al partido de la tarde. Fue entonces cuando el argentino Menotti habló de las funciones defensivas de Torsten Frings, centrocampista del Werder Bremen, internacional en más de 50 ocasiones, y de la necesidad de que comprendiera que debía descolgarse en defensa para meterse entre los dos centrales cuando el equipo perdía el balón y alguno de los laterales estaba en fase de ataque. Klinsmann, que le reconoció a Menotti lo mismo que dijo después del partido, es decir, que no se siente entrenador todavía -"sigo escuchando, sigo aprendiendo", aclaró-, se despidió del argentino agradecido y le contó a Frings los planes. Jugó muy bien. Defensivamente, entendió perfectamente el movimiento y sólo cometió un error: cambiarse de botas al principio de la segunda parte. Tuvo problemas con los cordones y en uno de esos contratiempos, reculó tarde. Cuando Menotti empezaba su jornada laboral en Alemania, escuchó a Klinsmann darle las gracias y comprobó de nuevo que un Mundial, a fin de cuentas, es una excusa maravillosa para reencontrarse un domingo por la mañana con viejos amigos.

Klinsmann celebra uno de los goles de su equipo ante Suecia.
Klinsmann celebra uno de los goles de su equipo ante Suecia.REUTERS

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