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Reportaje:Alemania 2006 | Suiza-Ucrania

El orden helvético

La disciplinada selección suiza, con una defensa inédita, se enfrenta a una Ucrania que dice haber aprendido de su abultada derrota ante España

Sin prisas, con orden, puntual a la cita. Como un reloj. Así se ha plantado Suiza en los octavos de final. Lo ha hecho, además, clasificándose primera de grupo, por delante de Francia y evitando el cruce frente a España. Todo calculado, con la sobriedad y el equilibrio como principios inspiradores de su fútbol. Y de su forma de entender la vida.

El combinado nacional es un fiel reflejo de la sociedad suiza. Orden, disciplina y rigor. Nadie discute las decisiones de su técnico, el prudente y cauteloso Jacob Kuhn. Todo el mundo sabe lo que tiene que hacer, y lo hace bien. Suiza se mueve con criterio por el campo. Sabe defender, distribuir la pelota y atacar el marco contrario con contundencia. No hay fantasía, pero sí mucho oficio.

El equipo es un reflejo de la sociedad suiza. Todo el mundo sabe lo que tiene que hacer

El equipo gira entorno a Vogel, mediocentro zurdo de corte defensivo que se encarga de engrasar la maquinaria suiza. Gran recuperador, el centrocampista del Milan nunca se complica la vida en la salida del balón, tiene un buen primer toque y una innata capacidad para encontrar al compañero desmarcado. Es el que ejerce de mariscal en el campo aunque, por supuesto, sin aspavientos, con discreción y sin hacer mucho ruido. A su lado, por los costados, dos laterales de proyección ofensiva, solventes y con llegada. Y delante, una línea de tres que surte de balón a Alexander Frei, puro rematador.

Pero el orden suizo se ha visto trastocado con la lesión de Phillippe Senderos. El joven central del Arsenal, referencia en la zaga helvética, se perderá por lesión lo que resta de Mundial. Esta baja hace que Suiza pierda a su jugador menos suizo. Y no porque Senderos sea de origen español -el equipo al completo es una torre de Babel formado por descendientes de inmigrantes que llegaron a Suiza en los años sesenta- sino porque dotaba al equipo de fortaleza y agresividad, en contraste con la tradicional indolencia de que los suizos siempre han sido acusados. No fue propio de un suizo el gol que marcó a los coreanos. Ni la imagen del jugador celebrando el tanto con la cara ensangrentada, consecuencia de impactar el balón con la nariz. Tan aguerrido Senderos, que terminó el partido con una luxación en el hombro derecho. Así, Suiza deberá enfrentarse a Ucrania con una defensa inédita. Algo poco recomendable teniendo enfrente a uno de los mejores delanteros del mundo, por mucho que Shevchenko parezca sumido en un cierto letargo desde que comenzó el campeonato.

Los ucranios, por su parte, afrontan el partido con la moral restaurada. La goleada que España les infligió el 14 de junio parece superada. Es más, los de Blohkin destacan esa derrota frente al conjunto español como punto de inflexión de la mejoría en su juego. "La derrota ante España nos ha venido bien en algunos aspectos. El partido nos dejó abatidos, pero también ansiosos por demostrar que somos mucho mejor equipo que el que se vio aquél día", comenta Rebrov, uno de los pesos pesados del vestuario. "Además, hemos aprendido qué es lo que no hay que hacer en este nivel de competición", dice. El veterano delantero del Dinamo de Kiev considera que el resultado final del grupo G les ha favorecido. Prefieren enfrentarse a Suiza antes que con Francia. Les gusta el orden.

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