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Entrevista:INOCENCIO ARIAS | Diplomático

"Los diplomáticos tenemos algo de actores"

Pregunta. En su libro, Memorias de un diplomático, y fuera de él, se despacha con el actual Gobierno.

Respuesta. Con una facción de él. La facción islamista fundamentalista zapateril. Pero al tema en el libro sólo le dedico siete líneas.

P. "Mano negra poderosa, cateta y tendenciosa", que ha dicho: "a este cabrón hay que fumigarlo". ¿Está seguro de que lo suyo es la diplomacia?

R. Sí, estoy seguro. Y el día del Juicio Final, de quien me haya vetado, fuese la madre Teresa o el papa Benedicto XVI, seguiré diciendo que es un cateto, fundamentalista y sectario.

P. Déme alguna pista.

R. Es que no sé quién es, sinceramente. Sé que tiene más fuerza que Moratinos. Moratinos no me tiene un año en un pasillo y luego me deja marcharme a un consulado.

P. Tras siete años de embajador en la ONU, no pensaría que el puesto era en propiedad.

R. Ah, no. Yo hubiese cambiado a Chencho Arias al llegar al poder. Pero me cambiaron a la carrera, y, debido a la mano negra, yo no podía ser embajador. Que es lo que veo penoso, cateto, provinciano y absurdo.

P. Usted siempre ha hablado en plan de coña y es dado a irse de la lengua.

R. Pero sin frivolidad. Trato de distender el ambiente.

P. UCD, PSOE, PP. ¿Cómo se puede servir a tres Gobiernos a la vez y no estar loco?

R. Con suerte, seriedad en el fondo, aunque bromista en la forma, y ayuda de los periodistas.

P. ¿Se es siempre el mismo diplomático con señoritos distintos?

R. Sí. Porque creo que trabajo con seriedad y con lealtad.

P. No será que le sale su faceta de actor.

R. En el fondo del tema yo no finjo, no actúo. Yo trabajo y me empleo a fondo, y corro por todo el campo durante el partido.

P. Siendo ahora cónsul general en Los Ángeles, igual le llaman de Hollywood.

R. Espero no venirme sin haber hecho un papel en una película. Me gustaría con Woody Allen, los Coppola o Pollack, que me lo ofreció y se achantó ante los sindicatos. Éstos de pensamiento único me privaron de una nominación al Oscar, probablemente.

P. ¿Qué papelito se perdió?

R. Primero era un embajador iberoamericano, y luego, como le gustó mi charme, lo subió a presidente.

P. ¿Llegó a enamorarse de Ana Palacio?

R. Si he de contestar sólo con una palabra, no.

P. Expláyese. No se corte.

R. Pues la palabra no es fuerte, ¿eh?

P. Ahora es vicepresidenta del Banco Mundial. ¿El cargo le viene al pelo, estrecho, enorme?

R. Creo que estará eufórica.

P. Cuando la guerra de Irak, usted abrazó fervorosamente la causa. ¿Hoy a quién abrazaría?

R. Ahora tendría enormes dudas. Si yo sé que las armas no existen, la película o la hubiese representado con poquísima convicción o veríamos si la habría representado.

P. ¿Bush mintió?

R. En ese aspecto, yo creo que no. Todo el mundo creía que existían las armas.

P. ¿Y Aznar?

R. Menos aún.

P.¿Quién de los tres salió más guapo en la foto de las Azores?

R. Bush era el que estaba más relajado. Los otros dos tenían una opinión pública totalmente adversa.

P. ¿Su respirito anterior de dos años en el Real Madrid fue para hacer caja?

R. No. Me cesaron como secretario de Estado, ofreciéndome una buena embajada, y mi familia no quería irse al extranjero. Y el magnetismo del Real Madrid es muy poderoso. La razón económica existió, pero era la menos importante.

P. ¿Cuántas veces se ha dormido en la ONU en acto de servicio?

R. Dormirme, no recuerdo; aburrirme, muchas.

P. ¿Por qué presidente y por qué ministro se ha sentido mejor tratado?

R. A mí los presidentes me han tratado bien, si es que se ocupan de mí. Todos menos el último. De ministros, yo he tenido la mejor relación con Ordóñez, Matutes y Pérez Llorca.

P. Es conocido que ha hecho películas. Pero tengo la impresión de que el teatro se le da de cine.

R. ¿En el día a día? Tal vez. Los diplomáticos tenemos algo de actores.

Inocencio Arias, fotografiado ante la plaza de toros de Las Ventas, en Madrid.
Inocencio Arias, fotografiado ante la plaza de toros de Las Ventas, en Madrid.GORKA LEJARCEGI

PERFIL

Con 66 años y tres hijos, la pajarita más famosa de la diplomacia española tiene afición por el teatro, el cine y el fútbol (sector madridismo irredento). De mayor le gustaría escribir un libro de ficción y, si le tocara la lotería, comprarse un teatro. Asegura que se encuentra "relajado y contento". No todos lo dirían

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