Festival Internacional de Teatro de Calle

Cuatro días, 36 espectáculos, sección off para que cualquiera se atreva y pase luego la gorra, mercado medieval, concurso de fotografía… Alcorcón es una fiesta gracias al FITCA, la manifestación más importante de las artes de calle en la Comunidad de Madrid. En Europa, llegado el verano, estos festivales son muy comunes, lo mismo que en Euskadi, Catalunya y todo Levante, pero en la meseta estamos muy apegados a la butaca. Y no sabemos que en la calle cabe todo, cualquier cosa es posible, desde un pasacalles de bufones hasta un hombre haciendo equilibrio sobre el limpiaparabrisas de un coche, con el que mantiene una relación más que acrobática. La calle, cuando se habla de artes escénicas, significa libertad total para hacer e imaginar, para bailar o provocar. Nos provoca la compañía vasca Trapu Zaharra con Tetrarip, el último envase, la historia de dos asalariados de la muerte que buscan ancianos para vendérselos a una hamburguesería. Nos encantan los títeres checos de Pavel Vangeli, con un diablo que fuma puros y toca el acordeón. Nos aturden las compañías valencianas y su apego a la pirotecnia: ahí están los de Scura Splats, explorando el Planeta F.O.C. en la aventura espacial Cosmic, o los veteranos y maestros en estas lides, Xarxa Teatre, que presentan aquí su Nit màgica, espectáculo de gran formato con fuerza, ritmo, colorido y vitalidad. Circo, teatro, música, marionetas y danza, también danza. Ejemplos: Jo Lidias, de Factoría Mascaró, o De paseo, de la compañía francesa Claire. Y este año, además, como están de celebración por llegar con brío a las 15 ediciones, la noche del viernes al sábado, un experimento: funden jazz con clown y luego los artistas se quedan de cháchara con el público. Programación completa del festival en Cartelera de teatro.