"Un país, una ilusión"

"España, un país, una ilusión". La selección ya viaja por Alemania en un autocar cuyo cartel responde fielmente a sus expectativas. Agasajada a su llegada de Ginebra por las autoridades de Westfalia y recogida después en el Sporthotel Kaiserau de la ciudad de Kamen (48.000 habitantes), en la cuenca minera del Ruhr, el mismo centro donde se recluyó Alemania cuando ganó los mundiales de 1974 y 1990, la roja empezó ayer mismo a preparar su estreno del próximo miércoles ante Ucrania con una sonrisa en los labios. "Victorias en el último minuto animan más que triunfos con un gol de penalti", convienen los jugadores cuando se remiten al partido contra Croacia y a las dos acciones protagonizadas por el Niño Torres. "Nos costó meternos en el encuentro porque no teníamos chispa por el descanso del fin de semana y el rival era muy poderoso físicamente", insisten, "así que nos conviene pisar el campo de entrenamiento".

A falta de un plan de juego estable, el equipo de Luis mostró cierta facilidad para corregirse

A falta de un plan de juego estable, y hasta cierto punto a gusto con la improvisación o la experimentación, la selección mostró en Ginebra una cierta facilidad para corregirse sobre la marcha. "El partido contra Croacia es una muestra de lo que nos aguarda en el Mundial", insiste Luis, "y de ahí la importancia que tiene para nosotros". El encuentro reunió cuantas cosas viene contando el seleccionador a sus jugadores y, consecuentemente, ratificó sus convicciones. Entiende el técnico que hay futbolistas demasiado livianos y blandos para enfrentarse a rivales generalmente sólidos, con una formación física de base excelente, y reclama jugadores competitivos. Le vale para situar el debate el caso de Francia, un equipo futbolísticamente excelso en torneos como el disputado en España-82 pero que sólo alcanzó el título cuando endureció el plantel en París-98.

La remontada ante Croacia no sólo fue obra de los peloteros. La protagonizaron igualmente un portero experto como Cañizares o la bravura de Sergio Ramos, que se las tuvo tan tiesas con los centrales que hasta provocó un penalti. El jugador madridista aumentó sus opciones de titularidad para el debut mundialista al igual que las mantiene Albelda sin jugar en detrimento de Xabi Alonso. La duda está en los volantes: Xavi, Xabi Alonso, Cesc y Senna se disputan dos plazas con ventaja para el azulgrana porque la selección necesita darle salida a la pelota. El técnico está satisfecho con el despliegue de Puyol y con su determinación para tirar la línea del fuera de juego. La actuación de Pablo, por el contrario, abrió dudas después de conceder un gol en propia puerta en un cabezazo. Ni uno ni otro, en cualquier caso, aseguran la posesión del balón. No son armadores del juego, como ocurría en tiempos de Hierro, ni Albelda responde tampoco al perfil de medio ofensivo.

El enganche entre la zaga y los medios es un puesto hoy tan discutido como el enlace entre los centrocampistas y los delanteros en un plantel con tendencia a fracturarse. Luis insiste en Raúl para conectar con Villa y Torres, una vez que Joaquín no tiene gol y Reyes funciona mejor como segundo punta o revulsivo, al tiempo que considera a Iniesta como un futbolista de acompañamiento. "Hay que saber jugar con y sin la pelota", se remarca desde el cuerpo técnico mientras el preparador físico y los psicólogos se frotan las manos por el buen despliegue y gran mentalidad de los jugadores en el partido ante Croacia. A la selección le falta capacidad para romper y profundizar en ataque y sobre todo pegada. "Nos cuesta mucho marcar goles", corroboran, "circunstancia que redunda en la necesidad de los defensas de no cometer errores para mantener el partido abierto", y ante Egipto y Croacia se han advertido algunas señales de vulnerabilidad.

Raúl por lo demás, actúa demasiado responsabilizado en ataque, como si necesitara justificar su titularidad en cada jugada, excesivamente participativo en un equipo falto de liderazgo y de seguridad por su juventud y tácticamente todavía indescifrable. Nada que ver con el optimismo desbordante de Pernía, que en un partido parece haberle ganado la mano a su compañero Antonio López porque, no siendo ambos defensores, el uno ataca mejor que el otro. Luis pide exactamente a cada futbolista que sepa competir y sea contundente en sus funciones. No quiere medias verdades en un equipo que de momento es de medias tintas.

"De momento nos vamos arreglando bastante bien", concluye Luis. La victoria ante Croacia, que pilló al presidente Ángel María Villar de regreso a Alemania por sus ocupaciones en la FIFA -abandonó el campo del Servette a falta de ocho minutos para el final- ha aumentado el optimismo español. "Un país, una ilusión", se lee hoy. Una frase mejorada del ilustre Kubala, que en sus tiempos de seleccionador, respondía: "Chicos bien, moral alta".