Piden dos años de prisión a los dueños de la atracción donde murió un niño

Francisco Javier P. G., arrendatario de la atracción mecánica Terror en Yucatán, en la que falleció un niño de 11 años en la feria de San Lucas de Jaén en 2003, admitió ayer durante el juicio que los paneles que cedieron, y que provocaron la caída de cuatro menores desde seis metros, estaban sujetos con alambres. En el juicio están acusados el dueño de la atracción, el arrendatario y el ingeniero técnico que realizó la inspección y que certificó que estaba en buen estado. Para todos ellos el fiscal pide dos años de prisión y una indemnización de 160.000 euros para la familia del niño fallecido por el delito de homicidio por imprudencia.

Álvaro Moreno Fuentes, el niño de 11 años de edad, murió el 26 de octubre de 2003 después de permanecer dos semanas en estado crítico por los traumatismos craneoencefálico y torácico producidos al caer desde una altura de más de seis metros. El pequeño Álvaro fue uno de los cuatro niños que el día 13 se precipitaron al vacío desde la atracción Terror en Yucatán, instalada en el recinto ferial de Jaén. Los otros tres fueron una niña de 13 años, con traumatismo abdominal, un menor de 11 años con fracturas de clavícula, húmero y muñeca, y otro niño de 14 años con luxación de hombro.

Ayer, casi tres años después, se inició el juicio, tras ser suspendido el pasado 16 de marzo después de que el titular del Juzgado de lo Penal número 3 aceptara la existencia de un error procesal que a las pocas horas él mismo descartó.

El arrendatario de la atracción, Francisco Javier P.G., admitió que había paneles en la atracción sujetos con alambres (tal y como se indicaba en el informe de la Policía Local) porque "creía que eran seguros" y porque estaba a la espera de que llegara un herrero que los sustituyera por una sujeción adecuada. Por su parte, el ingeniero técnico, Luis A., detalló que en los 20 minutos que duró su exploración no halló anomalía alguna ni en el exterior ni el interior, y subrayó que no vio los alambres con los que se mantenían algunos paneles. Antes declaró el propietario de la atracción, Juan P. R., que dijo que su posición era de ficción, pues aunque figura en la documentación como dueño vendió la atracción en 2001 a otra persona.

Tras la declaración de los tres acusados, se inició la ronda de testigos, siendo revelador el testimonio de un policía local que prestó servicio en el lugar el día de los hechos. El policía ratificó que había paneles sujetos con alambres y que estos se podían percibir "a simple vista". Además agregó que encontraron dos paneles caídos y otro colgando. Otro policía local precisó que había "un gran número de paneles" enganchados con alambres.

El fiscal solicita dos años de prisión para los tres acusados además de 160.000 euros de indemnización, e incluye como responsable civil subsidiario al Ayuntamiento de Jaén, a la Asociación Provincial de Feriantes y a las aseguradoras de esta última. Por su parte, la acusación particular pide cuatro años de prisión y una indemnización de 200.000 euros.